Miércoles 29 de enero de 2020, p. 15
La organización civil Maestros Comprometidos por México (MxM), que agrupa a profesores elbistas, reiteró su rechazo al nuevo Reglamento para la Elección de Directivas Seccionales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), al considerar que es antidemocrático, violenta la ley laboral y se trata de una manipulación, es una farsa
, aseguró Alberto Hernández Meneses, ex secretario de la sección 36 del estado de México – considerada bastión elbista– e integrante de la mesa directiva nacional de MxM.
En entrevista con La Jornada, aseguró que el reglamento fue elaborado por una cúpula sindical y a espaldas de la base magisterial, a fin de cubrir los intereses de quienes se dicen los representantes, y que nosotros, como MxM, no reconocemos. Lo único que exigimos es que se aplique la ley y se respete la voluntad de los trabajadores
.
Por ello, advirtieron que de aplicarse para la elección de dirigentes estatales, vamos a recurrir a todas las acciones que la ley permita, incluidos los procesos jurídicos, a fin de defender nuestros derechos sindicales, y vamos a interponer todo lo que la ley permita
, por lo que no descartó que acudan a ampararse ante autoridades competentes.
Hernández Meneses, ex integrante del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, destacó que los educadores elbistas lo que pedimos es establecer una mesa plural (con el gobierno federal) a la que acudan todas las expresiones sindicales para definir los criterios y las reglas de juego de los procesos de elección de las dirigencias, comenzando por el CEN, a través del voto personal, universal, secreto y directo, para continuar con las delegaciones y secciones sindicales, pero que haya un árbitro neutral
.
Denunció que en el nuevo reglamento aprobado por el SNTE, la dirigencia del gremio magisterial “tiene todo el control, no sólo para emitir las convocatorias, definir el lugar de la elección, quién puede o no ser registrado como candidato, emitir las boletas, trasladarlas al lugar de la votación, y hacer el recuento de los sufragios, para la cual se otorga a sí misma hasta tres días, en los que podemos suponer que ‘se les va a caer el sistema’”.