Alfonso Ramírez Cuéllar, nombrado el fin de semana presidente provisional de Morena en un Congreso Nacional Extraordinario, acusó que por meses la anterior dirigencia, encabezada por Yeidckol Polevnsky, ha preferido estar en los tribunales, judicializando al partido, en lugar de estar cerca de la población y la militancia.

Aunque el legislador con licencia anunció que en breve acudirá a la sede nacional del partido, en Santa Anita 50, colonia Viaducto Piedad, aún no hay notificación entre los empleados de algún cambio. En la práctica siguen siendo Polevnsky y su secretario de finanzas, Joel Frías Zea, quienes controlan los inmuebles de Morena y los recursos económicos.

En tanto, Polevnsky insistió en que sigue siendo la secretaria general en funciones de presidenta del partido. Al ser entrevistada luego de participar en un acto por el 167 aniversario del natalicio del poeta y revolucionario cubano José Martí, afirmó que en los próximos días se interpondrán los juicios de defensa de los derechos de los integrantes de la dirigencia que se pretendió remover en el congreso del domingo.

Reiteró que no es válido el nombramiento de Ramírez Cuéllar: El Congreso Nacional tiene que ser encabezado por el presidente del Comité Ejecutivo Nacional y el presidente del Consejo, no puede hacerlo uno, tienen que ser los dos. No obstante, se manifestó dispuesta a dialogar con el diputado federal con licencia.

El presidente temporal de esta fuerza política explicó que tomar posesión de las oficinas no es el aspecto central, lo que sí me preocupa es este proceso tan desgastante, pues Morena ha dado un espectáculo difícil de comprender porque ya lleva meses metido en los tribunales, se la han pasado desde hace meses llevando toneladas de papel, visitando magistrados, litigando muchos de los asuntos que se refieren a problemas internos, cuando el momento es de darle fuerza a la política más que a la actividad jurisdiccional.

Lo que priva en Morena, subrayó, no son los problemas legales, sino un problema político muy profundo, y eso sólo se resuelve con el diálogo, por lo que llamó a no convertirse en un partido de barandilla y cambiar la confrontación legal por el diálogo.

Al señalar que los procesos de judicialización podrían estancar a esta fuerza política por muchos meses, apuntó que Morena no está para chicanerías legaloides.

Ramírez Cuéllar insistió que en breve convocará a una mesa a los distintos aspirantes a la dirigencia nacional para llegar a acuerdos. Ofreció piso parejo y buscar un método adecuado para los procesos internos.

Por su parte, Rojas Díaz Durán también aseguró que la dirigencia provisional no es legal, y anticipó que pedirá al Tribunal Electoral fijar una fecha para elegir a todos los dirigentes del partido por medio de encuestas en un plazo de 90 días.