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Finanzas populares deben ganar ahí ventaja frente a bancos, dice directora
Martes 28 de enero de 2020, p. 16
Llevar servicios financieros a las comunidades rurales no es tarea sencilla. Es prioritario confrontar los problemas de inseguridad para hacer llegar los recursos a las comunidades marginadas del país, tener la reputación que avale a las instituciones e invertir recursos para la seguridad de los promotores de las microfinancieras, dice Claudia Revilla, directora general de ProDesarrollo.
En entrevista, refiere que a lo largo de los más de 20 años que se tienen de experiencia en el sector, es necesario que los agentes financieros no bancarios se modernicen y den confianza a sus clientes para fomentar el desarrollo local dentro de las poblaciones que históricamente han quedado marginadas por las instituciones tradicionales.
Expone que, por ello, uno de los retos principales para ProDesarrollo en este año es incrementar la colocación de crédito por vía del financiamiento grupal, que tiene un monto promedio de 9 mil pesos para, además, digitalizar los medios de pago en dichas comunidades.
Revilla detalla que el crecimiento económico del país no se puede fomentar sólo por parte de los integrantes del sistema financiero, mediante el otorgamiento masivo de créditos a aquellos que se encuentran en situación extrema de pobreza y en especial, la zona sur del país requiere de instituciones que promuevan el desarrollo local.
Préstamos productivos
–¿Cómo opera ProDesarrollo?
–Llevamos casi 20 años en México y nuestro propósito principal es dar microcréditos productivos; es decir, no nómina y no consumo. La única garantía que se solicita para financiar es que se tenga una fuente de pagos para liquidar los préstamos.
La cobertura es a nivel nacional.Tenemos 7 millones de empresarios, de ese total, 90 por ciento son mujeres. Un crédito productivo se da de forma grupal y el monto promedio que vemos es de 9 mil pesos. Nuestra tasa de interés anual, en promedio, es de entre 60 y 70 por ciento. Nuestro principal mercado está en el sureste del país. Los préstamos son cíclicos, promedio de 3 meses
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–¿Cómo es llevar servicios financieros a esa área del país o a zonas marginadas?
–Tenemos algunas sucursales dentro de cabeceras municipales, pero al tratarse de créditos productivos hay promotores que visitan las comunidades. Deben ir a buscar y colocar financiamiento más allá de las cabeceras, pues no estamos dentro de la denominada última milla.
Tenemos diferentes retos a diario, sobre todo en el tema de la inseguridad, pues son asaltados, extorsionados e incluso hasta secuestrados. Es un riesgo latente, las microfinancieras buscan colocar créditos en los municipios más alejados. Se hace un estudio y se dan préstamos grupales y los promotores van cada ocho o 15 días a ver a los empresarios
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Buscan implementar el CoDi
–¿Qué perciben para este 2020?
–Estamos buscando una transformación dentro de nuestra institución, por ejemplo, implementar diferentes innovaciones tecnológicas que lleguen a las comunidades más lejanas. Entre nuestros objetivos está implementar el CoDi (cobro digital) a estas zonas para ampliar aún más nuestra red de pagos, pues ya contamos con una.
–¿Cree que sea posible que la gente lo adopte?
–Sí, pero debemos ir y enseñarles cómo se debe usar; además, queremos tener más acercamiento con el Banco de México para promoverlo.
–¿Cómo diferenciar el crecimiento y el desarrollo en las comunidades alejadas?
–La pobreza no sale con métodos como los subsidios (gubernamentales). La extrema pobreza tampoco con crédito, sí necesita un impulso, y es necesario que en esos casos los recursos del apoyo se acompañen con una medición de crecimiento y no con la perpetuidad de aquéllos.
“En el sureste hay un factor muy importante que es el paternalismo. Las personas están acostumbradas a que se les den (recursos), porque los han tratado así toda su vida. ¿Qué nos preocupa de los subsidios? Que la gente piense que un crédito es eso, pues no pagará.
–¿Cómo los ve la gente en esas comunidades?
–Nos conocen más de lo que se piensa. Los habitantes nos conocen más que el propio gobierno, no se tiene miedo. Ahí estamos desde hace muchos años.
Creo que las finanzas populares, los intermediarios, tenemos que ganar ventaja ahí contra los bancos. La reputación del sistema financiero no es buena para nadie, hay mujeres a las que no dejan entrar a un banco. Nosotros, con la población debemos tener cercanía
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