Las bajas temperaturas no lograron bajar el bullicio y la actividad en las calles de la Ciudad de México, como en el Centro Histórico, donde el ir y venir de cientos de capitalinos y visitantes, a quienes se les vio prácticamente envueltos en tres capas de ropa, la mayoría con gorros y bufandas, no se detuvo.

A las 6:30 de la mañana de ayer el termómetro marcaba cuatro grados en el parque popular Santiago Xicoténcatl, en Benito Juárez, que no dejó de recibir a sus visitantes habituales, quienes pasearon a sus perros o hicieron alguna actividad física. El clima tampoco fue pretexto para que faltaran a su clase de zumba al menos una treintena de mujeres.

Mientras en el Centro Histórico, a un lado de la Catedral Metropolitana, las agencias que ofrecen paseos a los sitios turísticos de la ciudad tuvieron menos trabajo que de costumbre, pero aun así llegaban extranjeros con ropa más ligera que los mexicanos, a pedir informes sobre los recorridos que se ofrecen a Teotihuacán o Xochimilco en un solo día.

¿Qué tal el frío?, se le preguntó a una de las empleadas con el rostro cubierto. Está cañón, pero ya está saliendo el solecito, responde mientras se frota las manos.

Los siete grados de temperatura que se registraron en la Ciudad de México antes de las ocho de la mañana sí influyó en algunos alumnos de la secundaria María Enriqueta Camarillo, ubicada en la calle Esperanza, colonia Narvarte Poniente, porque algunos se quedaron dormidos o se resistían a levantarse.

Unos 15 estudiantes de diferentes grados llegaron retrasados; la última llegó a las 8:34, pero todos lograron ingresar porque por instrucciones de las autoridades educativas a ningún alumno se le iba a negar el acceso por llegar tarde.

Leonardo, primer lugar del cuadro de honor del trimestre, también llegó retrasado por las bajas temperaturas, así como por el malestar estomacal que traía por el estrés familiar y escolar, dijo su mamá después de que llegaron corriendo con el trabajo en cartulinas que llevaban en bolsa de plástico para que no se maltratara.

En calles de Iztapalapa, un estudiante esperaba a que abrieran las puertas de la primaria Copiapó junto con sus padres, dentro de su vehículo; en tanto, en la colonia Del Mar, en Tláhuac, Ramiro y sus hermanos comentaron que esperar a que pase el camión está pesado; nos congelamos las piernas y los pies.

En tanto, en las diferentes estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro las gruesas chamarras que portaban varios usuarios impedían la entrada de otros a los vagones, que iban al tope. Una vez adentro, la gente empezaba a sudar, pero era imposible quitarse la chamarra o el suéter, teniéndose que aguantar hasta llegar a su destino.

En las calles, con un champurrado, atole o café acompañado de una guajolota o un tamal encuerado los capitalinos paliaron las bajas temperaturas.

Las condiciones climatológicas fueron generadas por la masa de aire que impulsó al frente frío número 32 que, de acuerdo con el Sistema Meteorológico Nacional, permanecerá este miércoles. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México activó las alertas amarilla y naranja, ante el pronóstico de que la temperatura descienda de uno a tres grados centígrados entre las 4 y las 8 horas en el sur y el poniente de la capital.