Domingo 19 de enero de 2020, p. 22
Buenos Aires. A cinco años de la muerte del ex fiscal Alberto Nisman, el aniversario es utilizado por la alianza Juntos por el Cambio (antes Cambiemos) que lo convirtió ayer en el primer acto político después de la salida del gobierno de Mauricio Macri, el pasado 10 de diciembre, como oposición ante el gobierno peronista del Frente de Todos.
Nisman fue nombrado en 2004 por el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) como fiscal a cargo de la investigación especial en torno al atentado contra la Asociación Mutual Israelita-Argentina (AMIA) que el 18 de julio de 1994 dejó 85 muertos, 300 heridos y daños millonarios. Esto, después de que el gobierno descubrió encubrimientos e irregularidades en torno a la investigación obstaculizada abiertamente por Estados Unidos e Israel.
No fue suicidio, fue magnicidio
y Hasta que la memoria aturda
son algunas de las consignas que aparecieron en Twitter y Facebook con la oposición llamando a la movilización en la pequeña Plaza del Vaticano a la que asistieron cientos de personas, no miles como esperaban los convocantes.
El acto fue convocado por Patricia Bullrich, actual presidenta de la ultraderechista Propuesta Republicana (PRO) y ex ministra de Seguridad de Macri. También asistió la dirigente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y el diputado Waldo Wolff, también de Juntos por el Cambio integrante de la poderosa Delegación de Asociones Israelita-Argentina (DAIA), que responde al gobierno derechista de Israel.
El acto tuvo como fin sostener la versión de que Nisman fue asesinado, sobre lo que no existe prueba, y para ajustarse a la repetida consigna de Estados Unidos e Israel de acusar a los iraníes y a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La muerte fue rigurosamente investigada por 13 expertos de la Corte Suprema de Justicia que determinaron que el ex fiscal –encontrado muerto con un balazo en la sien– se suicidó.
El departamento de Nisman estaba cerrado por dentro, y su madre, Sara Garfunkel, recurrió a un cerrajero para abrir la puerta de servicio. No había nada revuelto en el lugar y el cuerpo del fiscal estaba atravesado en el baño, impidiendo que se abriera la puerta, lo que sólo pudieron hacer los bomberos y expertos de la policía científica.
Su muerte ocurrió un día antes de tener que explicar ante una comisión del Congreso la insólita denuncia que llevó a investigar su vida y reveló que Nisman trabajaba para la CIA estadunidense y el Mossad israelí, y llevaba una doble vida, con encuentros y viajes con jóvenes modelos. También surgieron cuentas que determinaban que había conformado una millonaria fortuna en bancos locales y de Estados Unidos, así como propiedades en Uruguay a nombre de su madre, quien el mismo día de encontrar muerto a su hijo, abrió la caja fuerte que este tenía y se llevó todo lo que había allí. En los días siguientes vació las cajas de seguridad bancarias donde tenía dinero y documentos.