Viernes 17 de enero de 2020, p. 7
Durante el segundo semestre del año pasado, 35.3 por ciento de los hogares en zonas urbanas reportaron que alguno de sus integrantes fue víctima de robo o extorsión; mientras, siete de cada 10 personas se sienten inseguras en sus comunidades. Estas cifras se acompañan de una decreciente expectativa de que la seguridad pública mejore, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Las localidades con mayor volumen de hogares afectados son Tláhuac, con 55.7 por ciento, Tlalnepantla, con 55; Puebla, 53.2; Coyoacán, 52.1, y Gustavo A. Madero, 51.9 por ciento, señala la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana levantada en diciembre pasado.
Asimismo, se estima que 19.4 por ciento de las personas mayores de 18 años fue víctima de al menos un tipo de acoso o violencia sexual en lugares públicos. La proporción escala a 27.2 por ciento en el caso de las mujeres, pero también 10.1 por ciento de los hombres fueron afectados por conductas que incluyen desde comentarios ofensivos
hasta violación.
En general, durante diciembre pasado 72.9 por ciento de la población de las principales ciudades mexicanas dijo sentirse insegura. Prácticamente nueve de cada 10 personas reportaron esta percepción en Puebla, Tapachula, Ecatepec, Uruapan, Fresnillo y Tlalnepantla.
En cambio, Mérida, San Pedro Garza García, Saltillo, San Nicolás de los Garza, Los Cabos y Puerto Vallarta son consideradas las ciudades más seguras del país, y aun en ellas al menos una de cada cinco personas se dijo vulnerable.
Con ese antecedente, en diciembre pasado 33.6 por ciento de la población consideró que en los próximos 12 meses la delincuencia en su ciudad seguirá igual, y 28.9 por ciento prevé un deterioro. En suma, 62.5 por ciento no tienen una perspectiva de mejora en la seguridad pública.
Este indicador es uno de los que más se ha visto impactado por el cambio político. En diciembre de 2018 –cuando dio inicio el gobierno del presidente López Obrador– por primera y única ocasión desde que se consulta, más de la mitad de los encuestados pensó que la seguridad mejoraría en los próximos 12 meses.
En ese comienzo de sexenio, sólo 29.4 por ciento apostó por que en el rubro todo seguiría igual y 19 por ciento adicional se decantó por un deterioro. En suma, 48.4 por ciento no veía mejoría en los próximos 12 meses.
Pasado ese tiempo, con el incremento en cifras de homicidios y otros delitos, actualmente las expectativas de que la inseguridad recrudezca se cuentan en niveles similares a los de 2014, cuando al final de ese año –tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzianpa– el indicador se ubicó en 63.2 por ciento, para luego en 2017 y 2018 rebasar 70 por ciento.