Madrid. El complemento del partido de la Segunda División española de futbol entre el Rayo Vallecano y el Albacete, suspendido el pasado 15 de diciembre por cánticos e insultos reiterados contra el jugador ucraniano Roman Zozulya, a quien llamaron nazi, se disputará a puerta cerrada, resolvió ayer el Comité de Competición de la Real Federación Española de Futbol (RFEF).

Además de la finalización del encuentro sin aficionados en la tribuna, al Rayo Vallecano se le impuso una multa de 18 mil euros y se acordó la clausura parcial del estadio de Vallecas (barrio del sur de Madrid) por un periodo de dos partidos. Lo cual afectará al sector y a las gradas donde se produjeron los hechos que han dado lugar al presente expediente, escribió el comité en su resolución.

El 15 de diciembre, una parte de los aficionados del Rayo Vallecano gritó al jugador del Albacete: Zozulya es un nazi, entre otros insultos, durante la primera parte del duelo, por lo que el árbitro José Luis López Toca decidió interrumpir el partido durante unos minutos.

Entonces se difundió un mensaje sonoro en el estadio para pedir que cesaran dichos insultos. El partido se reanudó, pero en el descanso los futbolistas del Albacete se negaron a seguir jugando como muestra de solidaridad hacia Zozulya.

Luego de que este viernes se diera a conocer públicamente la sanción por los cánticos en contra del futbolista ucraniano, el Rayo Vallecano la calificó de injusta.

El Rayo quiere manifestar su rotundo desacuerdo con la resolución del Comité de Competición porque la considera completamente injusta. Porque el Rayo es una víctima, y está siendo castigado y multado, afirmó el presidente del equipo franjirrojo, Raúl Martín Presa.

Según el directivo, el plantel entrenado por Francisco Paco Jémez no tiene responsabilidad alguna en un hecho sin posibilidades de evitarse pese a poner todos los medios a su alcance, y que no fue secundado en ningún momento.

Es injusto y por eso lo tengo que denunciar como presidente. Además, el receptor de esas pancartas no era Roman Zozulya, era yo. Fueron tres pancartas, en ningún momento autorizadas por el Rayo sino coladas. Son indetectables por más medios que pongamos, agregó.

En este sentido, el jefe de seguridad del Rayo, Felipe Luna, explicó cómo los fanáticos introducen los carteles de dos metros y medio que, prensados en máquinas especiales, apenas ocupan unos centímetros y se pueden meter en los estadios en la misma ropa interior de los hinchas.

Zozulya fue cedido al Rayo en 2017 por el Betis, pero parte de la hinchada vallecana presionó para que la operación no se completara esgrimiendo que el internacional ucraniano de 30 años tenía vínculos con la ultraderecha.

El jugador, quien explicó que simpatizaba con el ejército ucraniano, al que hizo donaciones económicas en el conflicto contra los prorrusos, pero negó cualquier relación con la extrema derecha, tuvo que volver al Betis y después fichó por el Albacete.

En 2015 publicó en Twitter una foto con una bufanda en la que aparecía el rostro de Stepan Bandera, líder de los nacionalistas ucranianos en los años 1930 y 1940 y figura controvertida, al haber combatido brevemente a la Alemania nazi, pero también haber colaborado con ella.