Reno, Nevada. Los organizadores del festival Burning Man demandaron a la Oficina de Administración de Tierras (BLM por sus siglas en inglés) con el fin de recuperar millones de dólares en tarifas, según ellos excesivas, que les han cobrado durante los siete años pasados en esta actividad contracultural que se realiza en el desierto de Nevada.

Black Rock City LLC, la ONG que realiza esta actividad anual, presentó la demanda el 13 de diciembre pasado en la corte distrital de Washington.

Los organizadores dijeron al diario Reno Gazette Journal que se cansaron de esperar que la entidad federal justifique los 3 millones de dólares que cobra por el permiso para realizar el festival de 80 mil personas en el desierto Black Rock, a unos 160 kilómetros al norte de Reno.

Esta causa intenta romper el ciclo, dijo la vocera Megan Miller en un correo electrónico a dicho diario.

La organización Burning Man busca alivio de la conducta permanente, ilegal y perjudicial de los demandados hacia Black Rock City LLC que amenaza la viabilidad del emblemático Burning Man, dice la demanda.

En tanto, funcionarios de la Oficina de Administración de Tierras no respondieron de inmediato a un pedido de declaraciones de Ap.

En años recientes se ha obligado a Black Rock City a rembolsar a la BLM por los gastos de vigilancia policial.

Además, debe pagar 3 por ciento de los ingresos brutos. En 2018, los organizadores reportaron entradas de casi 44 millones de dólares.