Madrid. En la zona de alto nivel de la cumbre del clima (COP25) empieza a imponerse el desencanto ante un nuevo fracaso de la comunidad internacional en impulsar una lucha efectiva contra el calentamiento del planeta. Las negociaciones están paralizadas en dos temas: la regulación del mercado del carbón y la incorporación de una agenda de igualdad de género, a la que se oponen los países africanos y árabes. Además, crece el temor de que Rusia, India y China sigan el camino de Estados Unidos y opten por retirarse del Acuerdo de París de 2016.

Hace dos semanas, cuando comenzaron los trabajos de la COP25, los principales impulsores de la Cumbre desde la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre ellos el secretario general, el portugués Antonio Guterres, y la comisionada para el Cambio Climático, la mexicana Patricia Espinosa, insistieron en que este encuentro tenía que ser ambicioso en la adopción de medidas efectivas.

La comunidad científica presentó informes que documentan con cifras y estudios precisos el deterioro del planeta, y los activistas y pueblos indígenas abogaron en estos días por decretar la emergencia climática y atraer a los que toman las decisiones (dirigentes políticos y grandes empresarios) a un compromiso más ambicioso.

A punto de la emergencia

Guterres trató de convencer a los países más reticentes y explicó que todos los informes que se han presentado estos días en la COP25 confirman que el planeta se está calentando más rápido de lo que nunca hubiéramos imaginado. Así que –apuntó– faltan sólo cinco minutos para la medianoche de la emergencia climática mundial. Estamos muy atrasados, pero todavía hay motivos para creer que podemos ganar esta carrera. Y lo conseguiremos si los países cumplen los compromisos de París y aumentan las medidas nacionales.

Entre los países más insistentes en aumentar los compromisos globales y adoptar una agenda más ambiciosa se encuentra México, cuya delegación fue encabezada por la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaria de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, quien también defendió con vehemencia que no se hiciera a un lado la agenda de la igualdad de género en la lucha contra el cambio climático.