Saltillo, Coah., La Fiscalía General del Estado cumplimentó las órdenes de aprehensión por secuestro en contra de 10 presuntos miembros del Cártel del Noreste detenidos luego de la incursión y ataques que perpetraron en el municipio de Villa Unión el pasado 30 de noviembre.

En Coahuila ese delito se castiga hasta con 60 años de cárcel y no existen beneficios de libertad provisional o anticipada. También se intentará acreditarles delincuencia organizada y homicidio.

Los imputados responden a los nombres de Roberto, Héctor, Édgar, Juan Alberto, José Leonardo, Iván, Edwin Alberto, José Fidencio, Juan Carlos y Guillermo Santiago. Sus apellidos se reservaron.

La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informó que tres menores y dos adultos que fueron secuestrados ese día por los pistoleros se encuentran a salvo; en tanto, seis policías que resultaron heridos en los enfrentamientos con los presuntos delincuentes permanecen hospitalizados.

La SSP reportó que se decomisaron 18 vehículos de los agresores; cuatro que habían sido robados fueron recuperados y otros tres automóviles ya fueron devueltos a sus dueños.

Las autoridades también se incautaron de 21 armas largas calibre .223, seis fusiles Barret calibre .50, cascos, chalecos y otros accesorios tácticos; cargadores, cartuchos y artefactos conocidos como ponchallantas.

Ayer se elevó a 24 la cifra de muertes por los enfrentamientos entre fuerzas estatales y federales y miembros del Cártel del Noreste y las posteriores operaciones para detener a los pistoleros que huyeron por brechas de la zona norte del estado.

De ese total, 18 son presuntos delincuentes abatidos por las autoridades; el caso más reciente corresponde al de un civil armado que fue localizado sin vida en la brecha conocida como El Coyote, precisó la SSP.

Agregó que en la operación de búsqueda y captura participan el Grupo de Acción y Reacción del Estado, la Agencia de Investigación Criminal, el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la SSP.

De las seis muertes restantes, cuatro correspondieron a policías estatales y dos bomberos; estos últimos fueron privados de la libertad por los gatilleros, para que los orientaran al escapar por las brechas.