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México, sin estrategias ante el aumento del nivel del mar
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esde inicios del siglo, varios estudios ­realizados por ­especialistas y los organismos internacionales pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) demostraron cómo el aumento del nivel del mar ya condenó a millones de personas en el mundo a dejar los lugares donde han vivido desde siempre. Lo califican de un exilio sin esperanza de regreso. Son los refugiados climáticos que viajan en busca de una nueva tierra donde puedan encontrar posibilidades de levantar su hogar y hallar su medio de existencia.

Se trata de casi 300 millones de personas que hoy habitan entre las islas del Pacífico y el delta del Ganges. Y esto puede suceder si la comunidad internacional no cumple el Acuerdo que firmó en París en 2015 para limitar este siglo el calentamiento del planeta dos grados centígrados respecto a la era preindustrial.

En el informe de expertos climáticos de la ONU se explica que con el aumento de la temperatura global los casquetes polares seguirán derritiéndose, ocasionando que el nivel del mar sea más de 4.5 metros y probablemente hasta seis de lo que es hoy. Los expertos se cuidan bien de fijar la fecha en que esto ocurrirá. Pero de suceder la mayoría de las ciudades costeras desaparecerán por el avance del agua tierra adentro.

Existen cálculos sobre las afectaciones a la población de algunas ciudades: 31 por ciento de la de Hong Kong; 39 por ciento de Shanghái; 27 por ciento de Bombay; 24 por ciento de Calcuta; 92 por ciento de Ámsterdam; 42 por ciento de Bangkok, y 43 por ciento de Miami. Evitar la sumersión es todo un desafío técnico, financiero y político. Es en lo que trabajan ahora las autoridades de algunas ciudades de Estados Unidos, Inglaterra, China, India y Japón.

Nueva York, densamente poblada, lleva años afinando las obras de protección en sus 850 kilómetros de costa, los servicios de transporte suburbano y las redes de abastecimiento de energía y agua potable. También sus ciudades satélites. Costarán miles de millones de dólares. En cambio, se desconocen los proyectos para salvar al litoral de Florida, California, Texas y Misisipi, con población numerosa y una infraestructura industrial y petrolera muy importante. También Holanda, con un historial reconocido de controlar el oleaje marino, afina su estrategia para evitar que casi una tercera parte de su territorio y donde hay más actividad económica, el mar le ocasione un desastre. China toma sus previsiones en sus centros de población y negocios más destacados, como Shanghái. Pero los recursos monetarios y técnicos que exigen las obras de contención en los países costeros son infinitamente mayores que los necesarios para variar el modelo energético y de producción, causantes del cambio climático.

Los principales funcionarios de la Cuarta Transformación deben saber que México es uno de los más expuestos al cambio climático. Sin embargo, hasta hoy no tienen una estrategia para evitar el desastre que el aumento del nivel del mar ocasionará en sus 11 mil kilómetros de franja litoral. Allí está la parte sustancial de la industria petrolera y petroquímica, la portuaria y turística, además de ciudades densamente pobladas.

¿Acaso esperan irresponsablemente un milagro de la Virgen de Guadalupe?