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Habrá afectaciones sociales y al medio ambiente por el proyecto, denuncian
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de diciembre de 2019, p. 7

La construcción del Tren Maya implicará graves afectaciones tanto medioambientales como sociales en la península de Yucatán debido no sólo a la posible deforestación de zonas de reserva y afectación de tierras de cultivo, sino también por el reordenamiento de los habitantes en función de las necesidades del megaproyecto.

Investigadores de diversas instituciones académicas, periodistas y habitantes de la región señalaron que la consulta a los pueblos indígenas es sólo un ejercicio para validar una decisión tomada de antemano, pues el gobierno ya cedió terrenos para la construcción del proyecto.

En un folleto de 23 páginas –que comenzaron a repartir en los pueblos de la zona–, los especialistas indicaron que alrededor de las 16 o 18 estaciones con que contará el proyecto se construirán los llamados polos de desarrollo, donde se edificarán ciudades para abastecer las necesidades de los hoteles, restaurantes y centros comerciales.

Ese proyecto de reordenamiento territorial podría cambiar profundamente las formas de vida de la población indígena y campesina en la región, atrayendo una cantidad excesiva de nuevos habitantes.

Además, señalaron los investigadores –entre los que se encuentran la antropóloga Giovanna Gasparello, la economista Violeta Núñez y el periodista independiente Jaime Quintana–, se podría ocasionar la afectación de tierras de cultivo y la deforestación de zonas de reserva, así como de sitios arqueológicos donde la ruta del tren no pueda ser desviada por razones técnicas.

La introducción de una línea de turismo masivo o de alto impacto ocasionará una presión excesiva sobre las principales zonas arqueológicas del país, que tienen capacidad limitada y son extremadamente vulnerables ante el efecto del grave deterioro que provocaría la afluencia desmedida de turistas.

Quintana alertó que “desde que se puso la primera piedra del Tren Maya (el 16 de diciembre de 2018), ya se estaba decidiendo que se trata de un proyecto de Estado, aun cuando no se había consultado a los pueblos. El hecho de que ya estén cediendo terrenos, haciendo licitaciones y gran cantidad de procedimientos habla de que la consulta nada tiene que ver con la decisión de los pueblos. Construir el Tren Maya es una decisión de facto”.