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Los ferrocarriles, aquí y allá
D

esde hace muchos años, hemos visto y vivido grandes historias con los ferrocarriles en México. Hubo momentos en que fueron el principal transporte, y ahora eso pertenece al pasado. Junto con otros bienes, los trenes se privatizaron.

Ahora, con el gobierno de López Obrador, se presenta una oportunidad para el reinicio del sistema de trenes. Tendremos la recuperación del mejor transporte: el ferrocarril.

Pero debemos tener en cuenta que se han registrado muchos cambios en el mundo en materia de ferrocarriles. En Europa durante muchas décadas tuvo gran crecimiento y como ejemplo de ese desarrollo tenemos la ruta del Tren Siberiano, por su crecimiento y extensión en ferrovías, de San Petersburgo al océano Pacífico.

Además, hemos sido testigos de un crecimiento mundial diferenciado por país, el mayor es el de China, cuya población es la más grande del mundo. Está a punto de lograr 35 mil kilómetros de vías para ferrocarriles de alta velocidad y con esto se establecerá un récord mundial.

Esa velocidad ha sido del orden de 300 kilómetros por hora. Pero equipos en desarrollo están llegando a los 600 kilómetros por hora.

Se calcula que se tendrán al año 2 mil 300 millones de viajes: es enorme la cantidad de viajes de ferrocarril que se realizan en China. Prácticamente hay vías en todo el país y en casi todas las direcciones. Al sur, van a varios países, y al norte, llegan hasta el Everest, la montaña más grande del mundo. Las líneas férreas chinas van, también, hasta India, una nación enorme con altas tasas de población y la segunda más importante del mundo por sus líneas ferroviarias. Sus redes dejan atrás a las europeas, que llegaron a ser las más importantes.

Actualmente, son millones de personas que se están transportando por tren en esos países asiáticos.

Cuando estuve en China, hace alrededor de siete años, la mayoría de las personas se transportaban en tren, especialmente los hombres que trabajaban en las costas y regresaban a sus hoga-res en los fines de semana; esto ha sido posible, gracias a la líneas ferroviarias de alta velocidad. Es pertinente señalar que, no obstante la gran cantidad de población económicamente activa, no vi a ningún desempleado en sus calles.

Considero que en México debemos construir ferrocarriles porque es un sistema de transporte más eficiente, más amplio y limpio. La mejor solución para el transporte colectivo.

Por ejemplo, en San Petersburgo, antes de las revoluciones de febrero y de octubre, ya se tenían hasta siete terminales de ferrocarril, cada una cercana a una salida de la ciudad.

La utilización del transporte aéreo, como se ha privilegiado desde hace unos años, implica un mayor uso de combustible fósil. La optimización del transporte ferroviario es una de las alternativas para la transición energética.

De acuerdo con lo establecido en la Ley de Transición Energética en su artículo 48, los fondos que la administración pública federal destine para la transición energética y el aprovechamiento sustentable de la energía, tendrán por objeto captar y destinar recursos financieros públicos y privados, nacionales o internacionales, para instaurar acciones que sirvan para contribuir al cumplimiento de la estrategia y apoyar programas y proyectos que diversifiquen y enriquezcan las opciones para el cumplimiento de las metas en materia de energías limpias y eficiencia energética.

En este sentido, este fondo de la administración pública federal debe contemplar la rehabilitación de las líneas férreas y garantizar que éstas lleguen a cualquier punto de la República Mexicana. Estamos ciertos que los trenes eléctricos pueden ser la base para la transformación del transporte público, una que permita la distribución rápida y más barata de mercancías y de todo tipo de insumos, además de personas. Los niveles en descenso del uso de hidrocarburos, al mismo tiempo que promueven la utilización de las llamadas energías limpias, permitirán la utilización, también optimizada, del petróleo y sus derivados. El combustible de uso cotidiano e indiscriminado debe desaparecer paulatinamente, con un programa adecuado de transición energética, de acuerdo con la ley.

Nos congratulamos por la formación del Consejo Consultivo para la Transición Energética. En su funcionamiento estará al frente la Secretaría de Energía y será integrado por un secretario técnico –subsecretario de la dependencia–, representantes de las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, así como dela de Comunicaciones y Transportes, de la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, de la de Hacienda y Crédito Público, de la del Medio Ambiente y Recursos Naturales y la de Salud. Lo integran también, representantes de la Comisión Reguladora de Energía, un representante de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, uno más del Cenace –Dirección General del Centro Nacional de Control de Energía– y representantes de la industria energética, instituciones académicas y de diversos organismos no gubernamentales.

La formación del citado consejo es un esfuerzo importante para la agilización en la rehabilitación del sistema ferroviario nacional con el cual se estarán dando pasos decisivos para la transición energética. Será entonces que volvamos a ver, como antes, trenes a lo largo y ancho de todo el país.