Bogotá. Decenas de miles de personas marcharon ayer en esta capital y otras ciudades de Colombia por séptimo día consecutivo, como parte del segundo paro nacional convocado en menos de una semana en repudio a las políticas económicas, sociales y de seguridad del presidente ultraconservador Iván Duque.

Los manifestantes se movilizaron pacíficamente en distintos puntos de Bogotá con expresiones artísticas y bailes al ritmo de tambores, mientras se ondeaban banderas colombianas. ¡Oh, Duque, chao!, ¡Oh, Duque, chao chao!, cantaron sindicalistas, estudiantes, jubilados, indígenas, artistas, ambientalistas, políticos, feministas y hasta niños mientras se dirigían hacia la céntrica Plaza de Bolívar. En el Parque de los Hippies se organizó un cacerolazo sinfónico.

Los inconformes recordaron a Dilan Cruz, el estudiante de 18 años que murió el lunes luego de recibir un disparo en la cabeza hecho por un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios durante una protesta pacífica celebrada el sábado en el centro de Bogotá.

Entre las múltiples quejas, los manifestantes también rechazaron la decisión del presidente de incluir en las modificaciones a la reforma tributaria, anunciadas el martes para calmar los reclamos sociales, tres días sin IVA al año, que se aplicarían el 6 de enero, el 20 de julio y el segundo sábado de diciembre.

En las ciudades de Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena el paro se realizó en completa calma, según reportes de la prensa local y redes sociales. Las comunidades indígenas que se sumaron a las protestas bloquearon varios puntos de la Vía Panamericana, entre los municipios de Santander de Quilichao y Caldono, en el norte del Cauca, suroeste del país.

Esta nueva protesta surge un día después del infructuoso intento de Duque por frenar el malestar social reuniéndose con los miembros del Comité Nacional del Paro, quienes se negaron a formar parte del diálogo convocado por el mandatario.

El comité coordinador presentó un pliego de 13 peticiones para que desechen o reformulen las reformas en materia fiscal, laboral y de pensiones. El Congreso exigió ayer al presidente retomar las conversaciones para buscar acuerdos en los temas que plantean los manifestantes y acabar con las marchas.

Desde el día 21, fecha del primer paro, las protestas en Colombia se han multiplicado contra la política económica, el asesinato de 700 líderes sociales, el proceso de paz con la desarticulada guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y para exigir que se otorguen mayores recursos para la educación pública.

Las protestas se desbordaron cuando encapuchados enfrentaron a elementos de seguridad, saquearon comercios, destruyeron autobuses y estaciones de transporte, lo que llevó al gobierno a decretar el toque de queda en Bogotá y la sureña ciudad de Cali.

Estos choques han dejado seis muertos, 500 heridos, entre civiles, policías y militares, 172 detenidos y 61 extranjeros deportados por participar en actos vandálicos durante las protestas.

En este contexto, Mike Pompeo, secretario estadunidense de Estados Unidos, habló por teléfono con Duque, a quien expresó el apoyo de Washington para enfrentar las protestas, al tiempo que elogió la decisión de iniciar un diálogo nacional en respuesta a las manifestaciones, lo que definió como una oportunidad para promover la paz, la seguridad y la prosperidad.