Hace más de dos décadas que no había un espectáculo tan atractivo en la división del peso completo. Quizás desde los años de esplendor de Mike Tyson en los años 90, cuando el de Brooklyn reinaba con una pegada feroz que enviaba rivales en serie a la lona y con la mirada perdida.

La evocación la hace el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán, unos días después de que el estadunidense Deontay Wilder se confirmó como un digno heredero de Tyson, al resolver una pelea que parecía perdida con un solo golpe que dejó descompuesto al cubano Luis Ortiz en Las Vegas.

Pocos peleadores pueden definir una pelea de un solo golpe, comenta Sulaimán; como hacía Mike Tyson en sus mejores años, pero Wilder lo hizo cuando perdía el combate, porque también posee una pegada brutal.

En la actualidad brillan nombres que le imprimen emoción a la categoría. El doble campeón, de la AMB y FIB, el mexicano Andy Ruiz, el ex monarca Anthony Joshua, el británico Tyson Fury, el cubano Ortiz y el campeón con diez defensas del cinturón del CMB, Wilder.

La categoría se ha puesto de lo más interesante, afirma Sulaimán; pero no hay duda que el mejor de la división es Wilder.

El sábado reciente, después de ir abajo en las tarjetas ante Ortiz, el estadunidense disparó un puño brutal que dejó al cubano tendido en la lona. Al final, después de felicitar a su oponente, Wilder dijo que tenía en puerta la segunda pelea contra Fury para febrero de 2020, aunque admitió que le gustaría ir por Ruiz, porque considera que la división es muy pequeña para tantos aspirantes.

Andy tiene que ganar primero ante Joshua, advirtió Sulaimán; si lo hace, claro que sería un rival en potencia para Wilder; ambos harían un espectáculo tremendo, como ya no se veía en la división.

Andy viajó el domingo pasado a Arabia Saudita, donde será la pelea contra Joshua. Una revancha que será clave en la carrera del primer mexicano en conquistar la faja de los pesados.

En la memoria de Sulaimán hace eco el recuerdo de Buster Douglas, el desconocido que le quitó lo invicto a la estrella Mike Tyson en 1990. Uno de los nocauts históricos y más sorprendentes en la historia del boxeo.