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Estudian el ritmo cardiaco de ballena azul con equipo adherido a su cuerpo

El dispositivo le practica electrocardiogramas // Ayuda a entender cómo es esa frecuencia en animales de mayor masa corporal

Foto
▲ Investigadores durante la instalación del aparato en el cetáceo.Foto Goldbogen Lab / Duke Marine Robotics and Remote Sensing Lab
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de noviembre de 2019, p. 2

Washington. Un equipo de electrocardiograma de color naranja brillante utiliza ventosas gigantes adheridas al cuerpo de una ballena azul, permitiendo que por primera vez un grupo de científicos en Estados Unidos estudie el ritmo cardiaco de la criatura más grande del mundo.

La ballena azul, que puede llegar a medir 30 metros de largo y pesar 200 toneladas, puede bajar su frecuencia cardiaca hasta dos palpitaciones por minuto mientras se sumerge en el océano en busca de alimentos, señalaron investigadores esta semana.

El ritmo máximo registrado ha sido de 37 latidos por minuto, después de que el mamífero regresó a la superficie luego de una inmersión profunda.

La ballena azul es el animal más grande de todos y ha fascinado por mucho tiempo a los biólogos, destacó Jeremy Goldbogen, biólogo marino de la Universidad de Stanford, que lideró el estudio, publicado en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

En particular, las nuevas mediciones de los ritmos cardiacos y fisiológicos ayudan a entender cómo trabajan los animales de mayor masa corporal, añadió Goldbogen.

¿Cómo es la vida y cuál es el ritmo de vida en un cuerpo a esta gran escala? En general, mientras más grande es un animal, menor es el ritmo cardiaco, lo que minimiza el trabajo que debe hacer el corazón al distribuir la sangre por todo el cuerpo. La frecuencia normal de un humano en periodo de descanso está en el rango de 60 a 100 palpitaciones por minuto y alcanza los 200 durante ejercicio a nivel atlético.

Los mamíferos más pequeños, como las musarañas, tienen ritmos cardiacos mucho más altos de hasta mil latidos por minuto.

Artefacto

Los investigadores crearon un dispositivo, encerrado en una carcasa plástica naranja, que contiene una máquina de eletrocardiograma para detectar la frecuencia cardiada del cetáceo mientras nada en el océano abierto. El equipo tiene cuatro ventosas succionadoras que se adhieren al animal sin resultar invasivas.

Los científicos obtuvieron datos equivalentes a nueve horas de nado de una ballena macho adulto de unos 22 metros de largo, identificada tras una ardua búsqueda frente a las costas de California.

A pesar de ser una ballena azul y de su inmenso tamaño, estas criaturas se alimentan de presas pequeñas y succionan grandes volúmenes de agua que después filtran. Entre sus alimentos preferidos se incluyen crustáceos como el krill.

En sus inmersiones para buscar comida, la ballena presentó bajos ritmos cardiacos, normalmente de cuatro a ocho palpitaciones por minuto, incluso hasta dos. Tras volver a la superficie después de largos periodos bajo el agua, el mamífero presentaba frecuencia de entre 25 y 37 latidos por minuto.