Economía
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Ex presidente de BBVA admite ante juez conducta irregular
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 19 de noviembre de 2019, p. 21

Madrid. Después de declarar durante más de dos horas y media ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, el ex presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) Francisco González admitió que, en relación con los hechos investigados, se podría haber incurrido en alguna conducta irregular de carácter individual, pero que en todo caso el grupo BBVA y sus directivos han actuado siempre de manera íntegra y ejemplar.

El ex banquero dirigió 13 años la poderosa entidad financiera, precisamente durante la época de mayor expansión internacional, y ahora está involucrado en una trama delictiva, en la que está imputado por cohecho y revelación de secreto.

Francisco González, uno de los banqueros más poderosos e influyentes de España de las últimas décadas, se sentó en el banquillo de los acusados por la investigación abierta en torno a la operación Tándem. En estas pesquisas hay un hombre clave y sobre el que giran todos los documentos comprometedores y las actuaciones más turbias: el ex comisario de policía José Manuel Villarejo, actualmente en prisión por haber creado una red de espionaje a gran escala que le valió para amasar una inmensa fortuna y traficar con información comprometedora sobre empresarios, políticos, periodistas y personas influyentes.

Precisamente, González y el BBVA habrían contratado los servicios de este ex comisario durante más de 13 años y le habrían pagado más de 10 millones de euros en todo ese tiempo por los seguimientos a empresarios de la competencia, para lo que realizó más de 4 mil rastreos y varios miles de grabaciones de conversaciones telefónicas y de reuniones privadas en las que se abordaban cuestiones delicadas, tanto para las respectivas empresas como para las relacionadas con la vida privada de esas personas.

González, en su calidad de máxima autoridad del BBVA, habría delegado en su jefe de seguridad Julio Corrochano –también imputado en la causa– establecer con el ex comisario Villarejo una relación laboral a cambio de información de algunos de los empresarios que le preocupaban, ya sea por considerar que amenazaban sus intereses y los del banco, como fue el caso del ex presidente de Sacyr, Luis del Rivero, o porque la deuda contraída con la entidad crecía y querían conocer de primera mano la situación financiera de esa empresa, como ocurrió con la constructora Martinsa, del empresario y accionista del BBVA Fernando Martín.

El ex presidente del BBVA salió de su comparecencia con el juez sin que el magistrado le impusiera medidas cautelares, en espera de tomarle declaración al resto de imputados y de testigos, al margen de los documentos y pruebas que se han ido acumulando en meses recientes y que, se presume, los podría estar filtrando el propio Villarejo desde prisión. De hecho, antes de la declaración de González comparecieron ante el magistrado el ex director de comunicación y hoy directivo del Grupo Prisa, Javier Ayuso, y el ex policía Antonio Bonilla.

A su salida, González hizo una breve declaración, en la que afirmó que una vez que termine esta declaración quedará muy claro que el grupo BBVA y sus directivos han actuado siempre de manera íntegra y ejemplar. Lo quiero decir así de claro, sin perjuicio, como es lógico, que hubiera alguna conducta irregular de carácter individual que yo, en este momento, desconozco. BBVA es una gran institución internacional, enormemente respetada, que presta servicios no sólo a sus clientes y accionistas, sino a la sociedad.

De la misma matriz de las grabaciones y filtraciones del ex comisario Villarejo, el portal informativo El Confidencial desveló que la eléctrica Iberdrola contrató sus servicios para espiar al empresario español Florentino Pérez, de la constructora ACS y presidente del Real Madrid, para evitar que se hiciera fuerte en su accionariado. Según la información, la eléctrica española –con numerosos proyectos y contratos en México– contrató a Villarejo para que estableciera un sistema de espionaje en torno a Pérez para encontrar información comprometedora sobre su vida profesional, empresarial y vida privada para cerrarle el paso en su al parecer ambiciosa proyección en el seno de la eléctrica.