Caracas. Miles de chavistas y opositores se midieron nuevamente ayer en las calles de esta capital: los primeros para defender a Venezuela de supuestos planes de copiar un golpe de Estado como el que hubo contra el presidente Evo Morales, en Bolivia, y lo segundos para exigir la salida del gobernante bolivariano, Nicolás Maduro.

En la denominada Gran marcha contra el fascismo y en defensa de la paz, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, aseguró en el este de Caracas que su gobierno no se rendirá ante los constantes ataques de la derecha que, en complicidad con Estados Unidos, pretende desestabilizar a Venezuela y socavar el sistema democrático.

Los chavistas también marcharon desde otros puntos de la ciudad hasta el presidencial Palacio de Miraflores, en el centro de la capital, para apoyar a Maduro y defender la revolución bolivariana, como el proyecto político-social comenzado por el fallecido presidente Hugo Chávez.

Maduro hizo una llamada para dirigirse a la concentración e instó a la población a mantenerse unidos. Si alguna vez sucediera algo parecido a lo que ocurrió en Bolivia, el pueblo venezolano saldría a la calle, la clase obrera, las comunas ¡Que la oligarquía no se equivoque!, dijo el mandatario.

La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, rechazó en Twitter un mensaje de su par de Estados Unidos, Mike Pence, quien escribió: instamos a los militares venezolanos a que se unan al pueblo de Venezuela, no a un déspota. El ejército debería ser una fuerza del bien, el poder de cambiar para mejor está en sus manos.

El canciller bolivariano, Jorge Arreaza, respondió a Pence que todos los intentos de Washington por desestabilizar al país petrolero y generar un golpe de Estado han fracasado. “Asúmalo con madurez, ocúpese del impeachment (contra el presidente Donald Trump) y de sus asuntos internos”, aseveró.

Arreaza también rechazó un tuit del secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo, quien comentó: Los venezolanos siguen tomando las calles, como lo han hecho día tras día, en ciudad tras ciudad, para demandar que se satisfagan sus necesidades básicas. El régimen corrupto ilegítimo de Maduro intenta silenciarlos, pero como el mundo vio en Bolivia, la voluntad del pueblo siempre prevalecerá.

Frente a la embajada de Bolivia en Venezuela, Juan Guaidó, quien en enero se autoproclamó presidente encargado, llamó a sus seguidores a permanecer en las calles en los próximos días para sacar a Maduro del poder y pidió seguir el ejemplo del país andino, donde la presión popular y la intervención de los militares precipitó el derrocamiento de Morales.

Bolivia logró la libertad con la unión de todos los factores, es momento de continuar hasta que se vaya el dictador (Maduro) y tener elecciones libres, dijo.

Jeanine Áñez, quien el martes se proclamó presidenta interina de Bolivia en una sesión legislativa sin quorum, pidió a Guaidó en una videollamada: Con todo mi corazón deseo que libere a ese pueblo venezolano. No es justo que estén viviendo tanta violencia y represión.

En este contexto, el Departamento de Estado sancionó al ministro del Interior de Cuba, Julio César Gandarilla, por su participación en las violaciones de derechos humanos en Venezuela.