Domingo 17 de noviembre de 2019, p. 5
La Habana. Los cielos de La Habana estallaron en colores y una multitud de personas gritaron y aplaudieron emocionados durante un espectáculo de fuegos artificiales que dio la bienvenida a los 500 años de la ciudad isleña.
Desafiando un fuerte aguacero tropical, miles de personas comenzaron a celebrar entre la medianoche del viernes y el sábado la vuelta a la ceiba
, la tradición por excelencia con la cual los habaneros recuerdan cada 16 de noviembre la fundación de la urbe y le piden deseos al árbol instalado en el parque fundacional.
Le di vuelta a la ceiba porque le tengo fe; pedí por mis familiares enfermos y mi bienestar y el de toda la ciudad
, expresó a Irene Domínguez, ingeniera química de 56 años. Me sentí muy emocionada, gritaba, al borde de llorar; hermoso. Una energía muy grande
.
Casi al cerrar, los fuegos artificiales proyectaron los carteles con las leyendas: 500 Habana
y Viva Fidel
, en alusión al fallecido ex presidente y máximo líder de la Revolución.
Tras el estallido de 16 mil luces artificiales que se vieron en su esplendor desde el Malecón habanero, se armó una fila de cuadras para saludar a la ceiba. Algunas personas la besaron y otras le dejaron dinero, mientras otros acudieron vestidos de blanco como impone el rito en la santería afrocubana, religión predominante en Cuba.
Múltiples actividades culturales
Durante estos días se ha desarrollado un amplio programa de conmemoración que incluyó desde restauración de monumentos, pintura de edificios y saneamiento de calles hasta la reapertura de mercados de comienzos del siglo XX, museos temáticos y exposiciones.
Presentaciones de libros, galas, danzarías y el rescate de viejas fortalezas coloniales también figuraron entre las acciones para homenajear la ciudad.
Los grandes monumentos históricos han sido restaurados, los mármoles y bronces de las estatuas han vuelto a brillar como el primer día, las hermosas avenidas se han abierto iluminadas, y se han construido nuevas viviendas, escuelas y centros de salud o de recreo, en beneficio de una población que, originaria de ella o venida de todos los confines de la isla, la ha hecho suya, y ha fundado aquí su hogar y su familia
, expresó Félix Julio Alfonso, profesor. La Habana crece, vive, canta, baila y sueña
.