Mensaje en twitter contra Marie Yovanovitch
intimidaa ex embajadora y agrega nuevo cargo a su impeachment
Sábado 16 de noviembre de 2019, p. 29
Nueva York. El presidente Donald Trump le regaló ayer a los demócratas otro posible cargo para agregar a la lista de violaciones que ameritan su destitución: intimidación de testigos.
Mientras testificaba la ex embajadora estadunidense en Ucrania, Marie Yovanovitch –quien estaba declarando ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes durante la segunda audiencia pública en el proceso de impeachment sobre cómo fue sorprendentemente removida de su cargo por Trump este año–, el presidente envió un tuit atacando a la diplomática en tiempo real mientras millones veían o escuchaban en vivo alrededor del país.
El demócrata Adam Schiff, jefe del Comité de Inteligencia, interrumpió los procedimientos para leer en voz alta el tuit enviado unos minutos antes por Trump: Donde llegaba Marie Yovanovitch algo mal ocurría
, y solicitó la reacción de la embajadora. Ella respondió que el efecto de ese tipo de mensaje para ella y otros testigos potenciales, es muy intimidante
.
Schiff señaló en la audiencia que algunos de nosotros aquí tomamos muy, muy en serio la intimidación de testigos
. Más tarde indicó, junto con otros de sus colegas, que la intimidación de testigos está entre los delitos que ameritan la destitución de un presidente, dejando en claro que será contemplado como uno de los llamados “artículos de impeachment” –los cargos contra el presidente– que se espera serán formulados y aprobados por la Cámara.
El ataque del presidente no ayudó a los republicanos, quienes fueron obligados a repetir una y otra vez su aprecio al servicio a la nación de la diplomática, y ninguno se sumó al mensaje, de hecho, algunos incluso lo criticaron, ligeramente. Trump y la Casa Blanca rechazaron que fuera intimidación
, sino sólo el presidente usando su libertad de expresión
.
Yovanovitch explicó cómo había sido calumniada
por el presidente y el gobierno para el cual trabajada. Contó que fue retirada de su cargo como jefa de la misión en Kiev en abril como resultado de maniobras del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, trabajando en conjunto con ucranios corruptos. “Lo que me continúa asombrando es que encontraron estadunidenses que estaban dispuestos a asociarse con ellos… y trabajado juntos, aparentemente lograron orquestar la remoción de una embajadora estadunidense”, declaró. El hijo de Trump, Donald Jr., también participó en el ataque a su reputación, informó.
Enfatizó que quedó devastada
cuando se enteró que Trump había comentado al presidente de Ucrania que ella representaba malas noticias
y que le pasarían algunas cosas
en la conversación telefónica del 25 de julio. Fue un momento terrible
. En otro momento indicó que se sintió intimidada
y hasta amenazada
.
Yovanovitch fue la única testigo ayer en la audiencia pública. La próxima semana las audiencias continuarán con por lo menos ocho testigos más que han sido citados,
Mientras tanto, en noticias (aún) no directamente relacionadas al proceso de impeachment, pero que forman parte de la creciente nube de corrupción alrededor de la Casa Blanca, fiscales federales están indagando si Giuliani buscó lucrar junto con sus dos socios ucranios –los mismos con los cuales estaba intentando beneficiar los intereses electorales de Trump– con proyectos en el sector de energía en Ucrania, reportó el Wall Street Journal.
Y el día concluyó con el viejo asesor y amigo personal de Trump, el operador político Roger Stone, declarado culpable de obstrucción de la justicia y declaraciones falsas ante el Congreso –de hecho, ante el mismo Comité de Inteligencia– durante las investigaciones sobre la interferencia rusa en las elecciones estadunidenses de 2016 al culminar su juicio criminal en Washington. El caso es resultado de la investigación del fiscal especial Robert Mueller.
Trump reaccionó de inmediato tuiteando que ese resultado era un caso de doble rasero
, ya que varios de sus contrincantes no han sido acusados formalmente por haber mentido, como Hillary Clinton, el ex jefe del FBI, James Comey, y el jefe del Comité de Inteligencia, Adam Schiff.
No mencionó –y no se sabe si es mal augurio para Trump– que su viejo amigo Stone tiene la cara de Nixon tatuada sobre su espalda.