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Los Travellin’ Brothers dejan atrás Bilbao para entregarse al blues
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El blues es la madre de todas las músicas modernas, afirma el guitarrista Aitor Cañibano.Foto Rodrigo Mena
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de noviembre de 2019, p. 6

Madrid. No son de Nashville, aunque lo parezca; son de Bilbao. Y con la locomotora hasta arriba de carbón llegaron este viernes a la Sala Copérnico de Madrid, hoy a la Rocksound de Barcelona y el domingo a Zaragoza para tocar en el local muy apropiadamente llamado Rock & Blues. Porque justamente eso son los Travellin’ Brothers.

Al más puro estilo Blues Brothers, dejan atrás su Bilbao, donde grabaron su disco en vivo 1001 Nights en un teatro Arriaga abarrotado. La gente del teatro se sorprendió por las ventas anticipadas y nosotros también. En Bilbao llenamos mucho, pero el Kafe Antzokia son 600 entradas y aquí fueron mil 300, apunta el guitarrista Aitor Cañibano.

Aprovecha para recordar que llevan ya 15 años de canciones y carretera, en los que han grabado ocho discos de estudio y hecho más de mil conciertos –el título de 1001 Nights hace referencia al número que alcanzaron aquella velada. Pero aunque registraran ese disco en el Arriaga, destaca Cañibano entre risas que lo suyo es más de garito como los Blues Brothers.

Pero en un teatro puedes manejar las dinámicas, bajar y subir la intensidad, y eso en los garitos es diferente porque la gente está bebiendo y con otra predisposición. El sudor y el cuerpo a cuerpo con la gente está muy bien pero en un teatro tienes la acústica y otro espacio, resume el vocalista Jon Careaga para diferenciar ambas facetas.

Directo sudoroso

Ganadores del European Blues Challenge 2015 en Bruselas –mejor banda europea– y finalistas del International Blues Challenge 2015 en Memphis –ocho mejores bandas de blues del mundo–, los Travellin’ Brothers tienen claro que lo suyo es sudar la camiseta sobre el escenario para, desde él, trascender al público hasta las últimas consecuencias.

Nuestro éxito, entre comillas, dentro del circuito no comercial y alternativo de música negra, se debe sobre todo al directo, asegura el guitarrista, quien remarca: “Nuestra música es de sentimientos, de transmitir, de comunicar, de interactuar con la gente, y eso se consigue en el directo.

“En el cuerpo a cuerpo con la gente tratamos de introducir al público en nuestro show y que sienta nuestra energía.”

Revival de la música negra

Con una media sonrisa y tratando de resultar modesto al mismo tiempo que orgulloso, subraya Cañibano: Cuando la gente nos ve en directo se hace fiel seguidora y vuelve a vernos más veces. Eso y el boca a boca. Nuestro circuito es el que es y así vamos creciendo lágrima a lágrima, concierto a concierto, gota de sudor a gota de sudor.

Profundiza entonces un poco en ese circuito al que hace referencia, defendiendo que la música negra siempre está ahí, ajena a las modas comerciales de cada momento. El blues, el soul, el jazz, el swing, el rock primigéneo, el góspel... tienen su pequeño circuito, señala, para acto seguido admitir que “en los años recientes ha habido quizás un poquito de revival empujado por el country y el folk, por la americana, en definitiva, cuyo espectro tocan ampliamente, puesto que hace tiempo que trascendieron al blues”.

Giras por Estados Unidos

Al ser una banda inspirada por la música de raíz estadunidense es lógico que, salvando todas las dificultades iniciales, hayan girado por Estados Unidos en no pocas ocasiones hasta convertirse ya en habituales por allí. La primera vez que fuimos teníamos cierto miedo porque íbamos a tocar su música popular, concede divertido el guitarrista, que luego remata que tras viajar en 2012 allí aprendieron mucho y adquirieron cierta seguridad.

Apuntala esta última afirmación recordando cómo en uno de los clubes de música en directo de Nueva Orleans hicieron un concierto de cuatro a siete de la tarde –a las bandas se les dan espacios de tres horas en todos los bares– y al principio no había nadie, pero terminó llenándose y el bote de propinas rebosaba de billetes de dólar.

Esa misma fogosidad es la que aplican a su música cada noche, sin concesiones, sin hacer prisioneros, como resume divertido Jon. Eso sí, hemos aprendido con los años a esperar el momento de agarrar a la gente por la pechera, nada de salir a tope y desfondarse, cada noche es diferente y hay que saber ver ese momento preciso, señala.

Termina divertido el cantante sacando pecho, asegurando que los Travellin’ Brothers no tienen cinco marchas, sino sólo on y off. “Y el on es a saco”, lanza entre risas.

Omnipresencia del blues

Siempre encendidos, haciendo kilómetros, así viven estos hermanos viajeros amantes del blues.

Porque el blues es la madre de todas las músicas modernas, dejando de lado las electrónicas, defiende Cañibano, quien añade que “el blues siempre está ahí de una u otra manera.

“Hasta Ed Sheeran, que es el artista más escuchado en Spotify, tiene blues... sin ser blues. No va a haber un circuito mainstream, pero siempre va a estar presente”, explica, comparando la situación del rock, ahora desplazado de la primera línea por el reguetón y el trap.

Y reflexiona en voz alta: La gente se pregunta qué va a pasar con el rock. Pues que siempre va a estar ahí y más arriba que el blues porque ha llegado a más gente. Ni el blues, ni el soul, ni el jazz, ni el rock van a desaparecer nunca. Pero el público es el que decide. A ver si la siguiente generación se abraza de nuevo al rock.