Con la mirada en el punto de arranque, el mexicano Diego Polino cruzaba la meta después de 42.19 kilómetros corriendo de espaldas y se convertía en la primera persona que culmina el Maratón de Nueva York con el estilo del llamado retrorrunning. Tardó 4 horas 27 minutos, pero el tiempo era lo de menos, en el trayecto evitó chocar con los más de 50 mil competidores para terminar sin accidentes la competencia.

Los espectadores le gritaban “backward, backward (hacia atrás)” para señalarle que debía correr con la vista al frente y no de espaldas, como suele hacerlo Polino, quien al ver la sorpresa de las personas se motivaba para llegar a la meta.

“Creían que podía chocar o caerme, pero yo seguía corriendo, entré al maratón más importante porque quiero que conozcan al retrorrunning como un deporte de alto rendimiento”, afirmó Polino en su regreso a México.

La experiencia de haber competido en un Ironman y en el Mundial de retrorruning le permitían a Polino arriesgarse para correr con pasos hacia atrás en el Maratón de Nueva York. Sin embargo, entendió desde el inicio que ante el tumulto de competidores debía ser más precavido.

Los organizadores habían sido renuentes con el permiso porque decían que era peligroso y cuando estuve en la carrera lo comprobé, pero me ayudó la ventaja que tengo por el entretenimiento, entendía que si yo causaba algún estrago después no dejarían a nadie correr en esta modalidad.

Desde el corral de salida, Polino se encontraba apretado, había más gente de lo que esperaba por lo que adaptó la técnica que suele utilizar y mantuvo el mayor tiempo posible la vista hacia atrás e incluso cam-bió la pisada. Fue muy desgastante, pero tenía que seguir, aseveró.

▲ Diego Polino (de negro) dijo que sacrificó la velocidad para finalizar la carrera sin ningún percance y mostrar que el retrorruning es de alto rendimiento.Foto cortesía del corredor

Pese al esfuerzo, el recorrido lo relajaba, caminaba de espaldas en una de las metrópolis más novedosas del mundo, cruzaba los emblemáticos puentes y cerca del final un sentimiento de euforia lo abrazaba al tiempo de que evitaba las lágrimas por la satisfacción.

Para terminar la carrera tuve que sacrificar la velocidad, me encontraba entre ríos de gente, pensaba que en algún momento se iba a reducir, pero no fue así y tuve que bajar el ritmo, lo que importaba era llegar a la meta.

Polino terminó la prueba en el lugar 26 mil 279, con un tiempo alejado de las 2:08:13 horas que consiguió el etíope Geoffrey Kamworor, campeón de la competencia. Pero tan sólo haber finalizado el maratón sin contratiempos era el verdadero logró.

La proeza va enlazada con el anhelo que tiene Polino de convertirse en un pionero del retrorrunning, disciplina que pocos toman en serio por sus peculiares características aunque requiere de entrenamientos específicos y como beneficios fortalece las piernas, mejora la postura corporal, genera menor impacto y ayuda a desarrollar el sentido del oído así como la visión periférica.

“Me toca ir abriendo camino, otros atletas de retrorruning me apoyan y reconocen mi intento por exponer este deporte con mayor alcance al participar en justas masivas”.

El siguiente reto de Polino es imponer un récord en el Mundial de retrorrunning que se realizará en 2020 en Inglaterra, aunque para entrenar deberá seguir en pruebas convencionales ya que sólo en Alemania e Italia hay actos específicos de preparación para este singular estilo del atletismo.