Jaime Munguía, campeón mundial superwélter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), ha mejorado desde que su entrenamiento está en manos de Érik Terrible Morales. Una opinión personal del tetracampeón tras la quinta defensa del título que posee su alumno. Desde esa evaluación, el ex boxeador considera que exhibió un mejor ataque y una mayor compostura.

Pero cuando expresa la verdadera aspiración como entrenador afirma que busca imprimir en Munguía la capacidad de comunicar algo a la gente mientras pelea, que el público se sienta contagiado de la pasión y el esfuerzo sobre el cuadrilátero.

La carrera de Munguía no seguirá los pasos de la estrella Saúl Canelo Álvarez –dice enfático–, porque quiere un boxeador que se vincule emocionalmente con quien lo vea. Algo parecido a lo que el Terrible hizo durante su carrera.

Se trata de hacer un boxeo en el que crea la gente, explica Morales desde el Centro Ceremonial Otomí, en el estado de México, donde ha iniciado la preparación de Munguía para la sexta defensa del campeonato el 11 de enero de 2020.

Quiero que sea un boxeador que sea verosímil, agrega Morales; que contagie con el corazón y el esfuerzo, que la gente se emocione al ver cómo se entrega; eso vale más que toda la fama del mundo.

Un compromiso de esa naturaleza, requiere el cuidado cercano del entrenador con su peleador. Morales, también diputado federal, asegura que no ha tenido problemas para combinar sus dos actividades profesionales.

Aceptó venir a entrenar al Centro Ceremonial y eso me facilita las cosas, cuenta Morales; puedo venir a trabajar con él y atender mis responsabilidades legislativas. Pronto termina el periodo y el siguiente será después de la pelea de enero.

Tal vez tendrá que tomar una decisión para el verano, cuando calcula que Munguía tenga otra pelea; entonces sí deberá elegir qué hacer.

Todavía falta averiguar cuáles serán las circunstancias que se presenten, puedo pedir que mi suplente se haga cargo en lo que llega la pelea en junio, pero también será cuestión de ver cómo está la agenda del trabajo legislativo, concluye.