El Senado de la República rechazó las alusiones a una posible injerencia militar de Estados Unidos en México, que han formulado legisladores y medios de comunicación estadunidenses, a partir del asesinato de integrantes de la familia LeBarón y la violencia provocada por el crimen organizado.

En cartas dirigidas a los presidentes del ambas cámaras del Congreso estadounidense, el Senado resalta que se acepta de buena fe el ofrecimiento de asistencia en materia de seguridad por parte del presidente Donald Trump siempre y cuando se limite al servicio de inteligencia y de investigación.

Las misivas, con una redacción única están firmadas por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, y en ellas se advierte que las alusiones en torno a la injerencia militar de terceros en México evidencian una falta de compromiso con soluciones reales y no están a la altura de representantes electos, menos aún de aquellos distantes a la frontera y a la realidad que se vive.

Ello en referencia a la postura de legisladores republicanos que se manifestaron a favor de que fuerzas militares de Estados Unidos intervengan en la lucha contra el narcotráfico, tras la masacre de integrantes de la familia LeBarón.

Asimismo, en relación con los comentarios del senador Lindsey Graham, quien dijo que prefería viajar a Siria que a México. Tales declaraciones resultan tóxicas para la buena vecindad. Nuestro país ofrece y exige respeto en torno a procesos internos.

En los documentos, dirigidos a Nancy Pelosi y Mike Pence, presidentes de la Cámara de Representantes y del Senado de Estados Unidos, respectivamente, se destaca que ante tragedias de los LeBarón, una familia binacional con fuertes lazos en México y la Unión Americana, es la prudencia y no la actitud beligerante la que debiera ser la respuesta lógica.

El gobierno de México, en todos sus niveles y poderes, reconoce queel estado actual de inseguridad que azota al país es alarmante. Sin embargo, los comentarios de distintos miembros republicanos del Congreso estadunidense no contribuyen a la mejora del diálogo bilateral, ni al reforzamiento de la seguridad nacional o fronteriza.