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Ciudad perdida

Soplan nuevos vientos de ultraderecha

P

or más que se haya intentado, la voz del general Carlos Demetrio Gaytán no representa a la mayoría de los militares del país, pero sí es la cara visible de una nueva formación de ultraderecha, cuyos miembros han destacado como enemigos de cualquier ideología que represente a la izquierda, y por ello contrarios al gobierno de López Obrador.

Huérfanos de partido político porque Acción Nacional ya no representa sus intereses, personajes como el general retirado Rafael Macedo de la Concha podrían alimentar la idea de la confrontación constante desde cualquier punto que pueda desacreditar al gobierno sin necesidad de conformar un organismo de registro partidista.

Macedo de la Concha es el mismo que encabezó como procurador general de Justicia el ataque legal en contra de Andrés Manuel López Obrador para desaforarlo, y luego, por el mismo tema, se vio obligado a renunciar. Más recientemente se supo que el general en retiro fue un activo participante en la campaña del candidato del PAN, Ricardo Anaya, aunque no asomara la cabeza.

La afinidad ideológica, si no que la profunda amistad entre Gaytán y Macedo de la Concha, ha dejado huella. En 2000, cuando Macedo asume el cargo de procurador –primer militar a quien se le dio esa responsabilidad– rescata al entonces general de brigada Gaytán Ochoa de la jefatura de la Sección Décima, para convertirlo en jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

Desde aquel momento el destino de Gaytán fue en ascenso. En los gobiernos panistas de Fox y Calderón conoció de los programas y proyectos más importantes de esos gobiernos de derecha. Desde el combate al zapatismo con la fuerza de tarea Arcoiris hasta el aval para el inicio de la guerra de Calderón, Gaytán fue escalando y en algún momento, al final del gobierno del michoacano, se le candidateó como posible secretario de la Defensa Nacional. Era el candidato, se dijo entonces, del ex secretario Guillermo Galván Galván.

Sin que esto vaya en demérito de la capacidad profesional de ninguno de los personajes a los que se va a aludir, pero que muestra la cohesión de grupo de quienes estuvieron al servicio panista, se puede señalar que a principios de 2007, en la representación de la PGR en la embajada de México en Washington laboraban David Alejandro Macedo Santos, hijo del general Macedo de la Concha, y Martha Gaytán Frettlohr, hija del general Carlos Demetrio Gaytán. El titular de la embajada era Eduardo Medina Mora. La lista de personajes dispuestos a alimentar una formación de ultraderecha no es necesario escribirla, está a la vista.

De pasadita

Alguien tendría que decirle a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que tenga mucho cuidado con lo que pasa en Azcapotzalco, ahí donde se pretende crear una zona habitacional y revivir alguna parte de la industria que allí se asentaba. Hay manos, y dólares, que apuntan hacia Carlos Salinas.

Desde luego, el alcalde ni por enterado. Su proyecto, que raya en lo neoliberal, ha tomado vía libre porque así se lo permitió la jefa de Gobierno o porque no la han enterado. De cualquier manera, sacar la lupa y echar una mirada más de cerca a los proyectos no estaría nada mal.

El alcalde Vidal Llerenas ha supuesto que nadie puede juzgar su trabajo, y por más capaz que sea hacerle entender que está haciendo surcos en mal camino, desde la misma jefatura de Gobierno sería una vacuna contra las cosas que después hasta dan vergüenza.