Jerusalén. Un filme sobre el asesinato del ex primer ministro Isaac Rabin, en el que la cámara adopta el punto de vista del asesino –un judío extremista– provoca apasionados debates en Israel.

El crimen ocurrió el 4 de noviembre de 1995, dos años después de los Acuerdos de Oslo, que debían llevar a una resolución pacífica del conflicto entre palestinos e israelíes. En pleno corazón de Tel Aviv, hacia el final de una manifestación por la paz, un hombre disparó contra Rabin, quien había firmado el documento.

El asesino, Yigal Amir, un religioso extremista, todavía es sinónimo de trauma en Israel.

Por eso, para el director de Incitemen, Yaron Zilberman, era un riesgo dirigir una película biográfica sobre ese hombre.

La película sigue la vida del estudiante seductor, hijo de una madre dominante que busca la figura paterna entre los rabinos más extremistas. Todo ello, desde el punto de vista del criminal, que escucha las plegarias incendiarias de los rabinos contra los Acuerdos de Oslo y participa en manifestaciones en las que se pide la muerte de Rabin.

A pesar de ser un tema espinoso, 160 mil personas fueron a ver la película un mes después de su estreno, muchas más de las que suelen ir a ver cine israelí.

La obra representará además a Israel en los Óscares en la categoría de mejor película extranjera.