La Paz. Las protestas contra la relección del presidente Evo Morales continuaron ayer en Bolivia tras el inicio de una auditoría de los resultados de los comicios del pasado día 20 por una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El mandatario boliviano retó al opositor Carlos Mesa a entregar a la OEA pruebas del supuesto fraude al tiempo que Manuel Guzmán, el director general de Neotec, empresa encargada de procesar los datos electorales, aseguró que a pesar de que realizó su trabajo de forma transparente, no se sabe con certeza si hubo fraude o no.

En un acto en un municipio rural del departamento de Cochabamba, Morales afirmó: No quieren reconocer (las elecciones), quieren hacer un golpe de Estado para que nuevamente vuelvan las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

La oposición rechazó avalar la auditoría de la OEA, cuyos resultados se sabrán entre 10 y 12 días, por considerar que se trata de una maniobra distraccionista para mantener a Morales en el poder.

El país andino atraviesa esta crisis luego de que el Tribunal Supremo Electoral suspendió abruptamente la publicación del primer recuento parcial de votos, cuyos resultados mostraban que Morales debía ir a segunda vuelta con Mesa el 15 de diciembre.

Al reanudarse el conteo al día siguiente se produjo un cambio de tendencia a favor del presidente, lo que desató protestas en distintas ciudades. El recuento final, divulgado el día 25, mostró que Morales ganó con 47.08 por ciento frente 36.51 de Mesa, con lo cual se evitó la segunda vuelta.

Guzmán, por su parte, consideró que no hubo justificación técnica alguna para suspender el conteo y que la decisión de hacerlo fue desastrosa.

Nuevas manifestaciones se registraron ayer en diversas ciudades en rechazo a la auditoría y la exigencia de nuevos comicios sin Evo Morales, mientras miles de bolivianos se volcaron a los cementerios a preparar la festividad tradicional del Día de los Difuntos.

En La Paz se registraron cortes de vías en barrios acomodados de la zona sur, los más críticos de Morales, aunque con menos intensidad que en días previos, constató un periodista de la agencia Afp.

En las ciudades de Santa Cruz, feudo de la oposición, y Potosí (suroeste) persistió una huelga que ha paralizado por casi una semana la actividad laboral y educacional. En la capital las escuelas también continuaron sin clases.

Al cierre de esta edición, el mexicano Arturo Espinosa, jefe de misión de la OEA que audita las elecciones, renunció a su cargo tras llegar a La Paz ya que el 16 de octubre emitió opiniones críticas a la postulación de Morales.

He decidido retirarme de la auditoría para no comprometer su imparcialidad. Debí informar a la OEA sobre manifestaciones públicas previas acerca del proceso electoral en Bolivia.

Espinosa tuiteó el 16 de octubre: “El domingo habrá elecciones en #Bolivia y @evoespueblo va por su cuarto periodo. En lo que escribí esta semana te cuento todas las maromas y enredos que ha hecho para saltarse la Constitución de Bolivia y estar en la boleta electoral (bueno y algunos parecidos con @Jaime_BonillaV)”.