Sábado 2 de noviembre de 2019, p. a16
La caña dulce es eso, dulce. En Veracruz le llamamos caña de azúcar. La caña brava es eso, brava. En Cuba le llaman bambusa. Femenino de bambú.
El bambú, lo corroboran los preceptos budistas, se dobla pero no se rompe, al contrario del roble: si se dobla, se rompe.
Caña Dulce y Caña Brava rompe siempre en júbilo y pega con engrudo caricias de sonido en los escuchas cada vez que se sube a la tarima este grupo de son jarocho representativo del alto desarrollo técnico que han logrado las generaciones recientes de músicos formados en la gran tradición popular.
Además del retozo, de la apapachadora atmósfera de alegría que infunden, las integrantes de Caña Dulce y Caña Brava y su director musical están a la cabeza de lo mejor en música que se hace hoy día en México.
La noticia es que estrenan disco: Acentos. Esplende en los estantes de novedades discográficas.
Una docena de Sones Jarochos (subtítulo del disco) se desgrana en cascada que salpica pregones, punteos, zapateado. Libélulas danzando.
Caña Dulce y Caña Brava: Adriana Cao Romero, Raquel Palacios Vega, Violeta Romero y Alejandro Loredo.
Los instrumentos: arpa, jaranas, tarima (para el zapateado), guitarra vozarrona (hermoso nombre, también conocida como Leona y también: Panzona), jarana de arco (invención de Alejandro Loredo), quijada de burro, guitarra de son.
Invitadas especiales: Valeria Rojas en voz y Anna Arismendez en guitarravozarrona.
El repertorio: El Fandanguito, El Palomo, La Iguana, El Ahualulco, El Butaquito, El Guapo, El Cupido, El Aguanieve, La Bamba, El Chocolate, El Toro Zacamandú, El Trompito.
Estupendamente bien grabado, en este disco lucen todas las voces, todas ellas femeninas, cualidad intrínseca de Caña Dulce y Caña Brava: énfasis en la sensibilidad femenina, intensidad diferente al estilo de uso del son jarocho, dominado por el patriarcado. Este grupo enarbola la causa femenina de manera decidida y confirmada con la magistral dirección musical de Alejandro Loredo.
Así como una batuta se nota en las notas no pronunciadas por una orquesta sinfónica, el trabajo exquisito de Alejandro Loredo en los rumbos técnicos que siguen las integrantes de este grupo es un atisbo permanente, una presencia sutil, una declaración de principios: aquí reina la belleza.
Ese fraseo tan delicado, tan hermoso, esa manera de zumbar las cuerdas, ese percutir de tacones y suelas contra la tarima. Ese, el ruido ese, es la belleza.
El cuadernito del disco contiene un bello texto firmado por Frino:
Fui a sembrar una jarana
y una estrofa decimal
allá en el cañaveral
que veo desde mi ventana.
Vino a decirme una iguana
que la caña ya está en flor
y hoy con el primer albor
rebosante de ilusiones
fui a cosechar once sones
y un fandanguito en menor
Así la espera se acaba
y agradezco a San Francisco
que hoy nos traiga un nuevo disco
Caña Dulce y Caña Brava.
El arpa y sus cinco octavas
cantando a los cuatro vientos,
por sus voces e instrumentos
zapatea mi corazón:
ponen muy en alto el Son
Las Cañas con sus ACENTOS
Hay momentos de exquisitez musical como el track 8, El Aguanieve: jarana de arco contralto a cargo del maestro Alejandro Loredo. Sublime. Suena a viola da gamba. El mismísimo Monsieur de Saint Colombe debe estar danzando en su tumba. Un momento musical para la historia.
El cuadernillo del disco también trae el estilo prosístico de Mardonio Carballo:
‘‘La música en lo alto. En lo frágil. En la resiliencia. La música en lo bajo. En el árbol con alas. En la compañía funesta. En la raíz. Carbón y diamante. Mina. Cantera. La música en los pies. Manos. Palomas. Canto. Viento. ¿Lágrimas de dónde vienes? Púrpuras flores danzando en el centro del mundo.”
La algarabía se menea con su ea ea en el corte 3: La Iguana:
Una iguana se asoleaba
a la orilla del San Juan.
Los montes que se secaban
muy pronto florecerán.
Así se baila La Iguana: ¡alarín tangea! / ¡qué iguana tan fea! / que se sube al palo, / y luego se apea / pone su huevito, / y lo cacarea / se mete al hoyito / pa’que no la vean, / mueve los ojitos / como que te ojea / saca la lengüita / como que lengüea / mueve la pancita, / como que pancea / y las rodillitas / cómo rodillea, / que se tira al suelo / y se zarandea. / A la gea gea, a la gea gea.
La enorme calidad técnica de las integrantes de Caña Dulce y Caña Brava y su director musical están patentes en este disco, Acentos, que todo aquel que quiera sonreír, bailar, ponerse de buenas, debe escuchar.
Esas tus blancas manos
tan exquisitas,
me parecen al verlas
dos margaritas
puras y hermosas,
donde van a posarse
las mariposas
¡Saca tu butaquito!
Tu butacazo,
ahora que estamos solos
dame un abrazo.
La pieza 4 del disco es otra obra maestra de creación musical: El Ahuhalulco, con Anna Arismendez en guitarra vozarrona y Alejandro Loredo en guitarra de son. El final en diminuendo es una joya.
Con su nuevo disco, el proyecto cultural Caña Dulce y Caña Brava pone en alto la cultura nacional.
El poder creativo de Caña Dulce y Caña Brava, artistas independientes y a contracorriente, pone los acentos en su lugar y los puntos sobre las íes.
Su nuevo disco, Acentos, es un gran ejemplo de soberanía.
Es un hermoso himno al gozo. Una oda al contento. Un arsenal de alegrías.