Ante esa circunstancia ‘‘se pierde nuestra diversidad cultural’’, sostiene la artista rusa en entrevista con La Jornada, // Trae al Complejo Cultural Los Pinos su iniciativa itinerante Last Whispers (Últimos susurros) que no Últimos suspiros como se presenta en México
Sábado 2 de noviembre de 2019, p. 3
Hoy se hablan en el mundo más de 7 mil lenguas y se estima que una se extingue cada dos semanas, lo que significa que para el fin de este siglo sólo permanecerá la mitad de las que se hablan.
Ese dato dio paso a uno de los proyectos de la artista Lena Herzog titulado Last Whispers que se presentó por primera ocasión en el British Museum en 2016. Desde entonces ha viajado a diferentes partes de Europa y Estados Unidos, y este sábado y el domingo se presentará en el Complejo Cultural Los Pinos.
Last Whispers cuya traducción es Últimos susurros, aunque se presenta en México con el título Últimos suspiros, es un recordatorio de lo que se está perdiendo, la necesidad de promover un bilingüismo no de dos lenguas mayoritarias sino de la lengua materna y la dominante, es saber que al perderse una lengua ‘‘se pierde nuestra diversidad cultural. Un lenguaje es un mundo, es conocimiento, es la forma en la que nos definimos a nosotros mismos y nuestro lugar en el mundo”, dice la artista en entrevista vía telefónica con La Jornada.
Rescate de las lenguas, responsabilidad compartida
Para la rusa Lena Herzog (Ekaterimburgo, 1970) lo más sorprendente de esta instalación de audio y video es que pocas personas saben acerca de la desaparición de las lenguas. La razón: porque desaparecen en silencio.
‘‘Ha sido muy gratificante la recepción de la pieza, tanto de las personas que hablan lenguas minoritarias o en peligro de desaparición y el público en general, y ha sido sorprendente que poca gente sepa en realidad acerca de la desaparición de lenguas, porque eso va de la mano con la forma en la que esta desaparición ocurre: en silencio.
‘‘La extinción de las lenguas –al menos se pierde una lengua cada dos semanas– toma la forma del silencio. Porque, ¿cómo sabemos cualquier cosa? Porque es dicha, escuchamos de la desaparición de especies, de rinocerontes o ballenas, porque lo escuchamos, pero esta desaparición ocurre cuando una lengua queda en silencio.
‘‘No somos conscientes de que estamos perdiendo nuestra diversidad cultural, porque un lenguaje es un mundo, es la forma en la que nos definimos a nosotros mismos, al mundo y nuestro lugar en ese mundo. El lenguaje es conocimiento y estamos perdiendo formas de creatividad humana.”
Es gratificante, añade, que la gente sepa de este fenómeno, particularmente los jóvenes. ‘‘En las presentaciones que hemos tenido pocos sabían acerca de esto, y de inmediato cuando la gente lo sabe, lo entiende, y conoce la belleza de estos idiomas. No me canso de escuchar esas voces”.
Y es que Last Whispers Oratorio for Vanishing Voices, Collapsing Universes and a Falling Tree (Últimos susurros. Oratorio para voces que desaparecen, universos que se derrumban y un árbol que cae) es una colección de lenguas que se han extinguido y de aquellas que están en peligro.
La responsabilidad de protegerlas es tanto del gobierno y de la sociedad como de las personas que las hablan, añade Herzog y pone de ejemplo lo que ocurrió con el gaélico. ‘‘Durante los siglos del Imperio Británico la lengua gaélica era ilegal; podías morir si eras escuchado hablándola. Muy recientemente, durante el ‘problema irlandés’, como se le llama de forma eufemística, en los acuerdos con el gobierno, se estableció como primer punto la lengua y cultura gaélicas. La gente de Irlanda demandó que el gobierno permitiera la educación, radio, televisión, programas culturales en esa lengua. Ahora la gente de mi edad y más jóvenes todos hablan gaélico, que estaba a punto de la extinción.”
Otras lenguas que se han salvado por esta responsabilidad compartida es el vasco y el escocés. ‘‘Muchas de estas lenguas tienen mucho espíritu detrás de ellos porque la gente quiso preservarlas, la solución es por supuesto el bilingüismo, debido a que la estructura económica no permite a la personas subsistir si sólo hablan su lengua materna, originaria, tienen que hablar español, pero también tienen que aferrarse a su propia cultura, lo que les permite enraizarse en su propia historia y al mismo tiempo estar en el mundo. Los medios de comunicación también tienen esa tarea: promover el bilingüismo”.
El regalo de conocer nuestras raíces
Hablar dos lenguas no significa ser bilingüe en dos que sean dominantes. ‘‘Nací en Rusia. El ruso se habla en 12 husos horarios, mi segunda lengua es inglés, pero si mi lengua original fuera minoritaria me gustaría estar enraizada en mi propia cultura. Una de las cosas que escuché en Nueva York, donde tuve una conversación fascinante, es que cuando los nativos americanos son re-introducidos a su lengua originaria la tasa de suicidios baja dramáticamente, y creo que hay mucho qué decir acerca de estar enraizado, pero también mucho qué decir acerca de estar en el mundo y creo que podemos hacer ambas cosas. Esto tiene que ver con el entendimiento de que la lengua originaria es una ventaja extraordinaria: el regalo de conocer tus raíces”.
Last whispers se presenta hoy a las 19 horas y el domingo a las 17 horas en el salón Adolfo López Mateos del Complejo Cultural Los Pinos. El cupo es limitado por lo que es necesario registrarse en la págna www.lospinos.cultura.gob.mx.