Los recientes ajustes de cuentas entre grupos de la delincuencia organizada y la aparición de convoyes de camionetas con hombres armados en Zacatecas –donde entre martes y miércoles se halló a cuatro personas decapitadas, tres de ellas mujeres– propició que ayer se realizara una reunión de urgencia en Saltillo, Coahuila, entre funcionarios de ambas entidades y de Durango.

Servidores públicos estatales analizaron la aparición de al menos dos grupos armados en el norte de Zacatecas, que difundieron en redes sociales videos retando a las autoridades.

Según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública de Zacatecas (SSPZ), en la cabecera municipal de Río Grande (130 kilómetros al noroeste de la capital del estado) sujetos no identificados se pasearon la madrugada del lunes en la zona urbana, se detuvieron en el jardín principal del lugar mostrando armas de grueso calibre y gritando: ¡Aquí estamos ya, mando; aquí estamos a la orden!

Añadieron que en el municipio de Sombrerete –unos 100 kilómetros al poniente de Río Grande–, otra célula que se identificó como parte de Los Ántrax del cártel de Sinaloa intervino la radiofrecuencia de la policía estatal de Zacatecas y amenazó a los agentes.

El gobernador priísta de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna, anunció que se reforzará la presencia de policías estatales en municipios colindantes con Durango.

En este contexto, se halló a un hombre decapitado en la plaza principal del municipio de Francisco R. Murguía; a dos mujeres igualmente sin cabezas en Fresnillo, y a otra en Calera.

Fuentes de la SSPZ consideraron que estos homicidios tendrían relación con pugnas entre los cárteles del Golfo y del Noreste-Zetas.

Ayer se reportaron nueve muertes que tendrían relación con la delincuencia organizada, cuatro de ellas en Colima, tres en Aguascalientes y dos en Oaxaca; además, el grupo de rastreadoras Tesoros Perdidos localizó una osamenta en Mazatlán, Sinaloa.