El programa Sembrando Vida, que se extenderá a 18 estados en 2020, ha consolidado hasta la fecha 9 mil 200 comunidades de aprendizaje campesino (CAC) para atender 575 mil hectáreas, de las cuales en 404.6 mil se han establecido, principalmente, los sistemas de milpa intercalada con árboles frutales (MIAF) y agroforestales (SAF) que, entre otros beneficios, incluyen captura de carbono, restauración del suelo e incremento de la biodiversidad, afirmó María Luisa Albores, secretaría del Bienestar.

Al participar en la cuarta Conferencia Mensual sobre Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, destacó que hasta la fecha se tienen 229 mil 91 sembradores registrados, un tercio de los cuales son mujeres, lo que también incentiva la feminización de la posesión de la tierra. Agregó que se han beneficiado 4 mil ejidos en cerca de 400 comunidades en 362 municipios, de los cuales uno de cada tres es indígena.

Detalló que de las más de 575 mil hectáreas en las que se aplica el programa Sembrando Vida, 343.9 mil son de cultivos tradicionales, como el sistema de milpa, que incluye, además de la producción de maíz, alimentos básicos como frijol, calabaza, chile, chícharo, camote, chihua, chaya, habas, ejotes y chilacayotes.

En ese acto, convocado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Social, Antonio Turrent, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, destacó que de los 26 millones de hectáreas cultivadas en México por temporal, 9 millones corresponden a laderas que enfrentan la erosión del suelo y un severo proceso de degradación.

Lo anterior, pese a que en 4.5 millones de hectáreas se siembra una elevada variedad de maíces nativos del país y conforman el mayor banco de germoplasma de maíz del mundo, por lo que consideró que para resolver los problemas de seguridad y soberanía alimentarias en el país demanda solucionar la degradación de los recursos naturales como los suelos, frenar el monocultivo y apostar por mayor biodiversidad.

José Isabel Cortés, investigador de El Colegio de Postgraduados, indicó que el sistema MIAF es una plataforma multiobjetivo orientada a tierra de labor que ya está cultivada con milpa a la que se incorporan árboles frutales, lo que permite preservar suelos y favorecer la economía de las familias campesinas, que en promedio cultivan hasta cinco hectáreas, aunque reconoció que su mantenimiento demanda muchas más jornadas de trabajo y la asesoría técnica que permita a los campesinos potencializar los efectos benéficos del MIAF.