Sábado 26 de octubre de 2019, p. 2
Guanajuato, Gto., La obra de Daniel Catán (1949-2011), a ocho años del fallecimiento del compositor, regresa al Festival Internacional Cervantino (FIC) con la ópera Salsipuedes que se presentó el miércoles.
La intriga internacional durante la Segunda Guerra Mundial desde una pequeña isla caribeña, que se ceba en dos parejas de recién casados, enamorados profundamente, es el eje de esta ópera del músico mexicano quien murió en Austin, Texas, y ahora es recuperada.
Es la primera vez que en el FIC se monta la ópera de Catán, que se estrenó en 2004 en Houston y 13 años después en México, se presenta en un escenario fuera del centro del país.
Con tono de comedia, se inicia con la boda doble y el llamado a las armas de los varones para ‘‘proteger a la patria” y en realidad son engañados para acompañar la entrega de alimentos y bebidas alcohólicas para el régimen nazi al que laisla Salsipuedes había declaradola guerra.
En el montaje participan la Orquesta Sinfónica y el Coro Polifónico del Estado de México; la música es de de Daniel Catán a partir de un libreto escrito por Eliseo Alberto y Francisco Hinojosa.
Durante una conferencia, Oswaldo Martín del Campo, director de escena, explicó que esa obra ‘‘la podemos sentir como propia”, pues se refiere a la ‘‘realidad latinoamericana, personajes y pueblos. La forma como nosotros nos relacionamos, los ritmos y las melodías”. Además, es interpretada en español.
Según el director, ‘‘se trata de un espectáculo poético, como funciona la poesía: con muy poco dice cosas muy poderosas. Participa mucho la iluminación, es importantísima, porque tiene un guiño al cine en blanco y negro. Música, teatro e iluminación hacen algo especial.
La escenificación siempre fue acompañada por una pantalla que proyectó momentos del cine en blanco y negro, detrás de un estrado que acapara la atención del público.
A la manera de la cinematografía, presenta escenas sucesivas en un vértigo aderezado con ritmos tropicales mientras las dos parejas divididas por una jugarreta del destino sufren la separación en plena noche de bodas que principió con un ambiente festivo, erótico y juguetón.
Las facetas de la realidad como la búsqueda del deber, el orgullo, el amor romántico y sensual, un caudillo que se insufla una importancia grandilocuente y vacua mientras sus gobernados están descontentos y llegan a la desesperación, luego al despecho. El ciego canta ‘‘el destino está en el juego”, mientras los enamorados son alejados y los militares ridiculizados.
Antes de la función, Oswaldo Martín del Campo afirmó que la ópera es ‘‘una identificación con el pasado y las intrigas políticas. Puede ser una obra controversial, y qué bueno que el arte incomode, cuestione. Tiene todo eso”.
Destaca que los cantantes son jóvenes. Rodrigo Macías, director de orquesta, dijo: ‘‘Pensamos que las nuevas generaciones deben tomar la estafeta de la música y la ópera mexicana e integrar los nuevos talentos. Los cantantes, voces espléndidas y talento escénico fantástico que participan en Salsipuedes representan una nueva visión y están aprendiendo las obras mexicanas.’’