Lunes 21 de octubre de 2019, p. 41
Con el desarrollo de técnicas innovadoras y tratamiento personalizado e integral, la Clínica de Investigación en Hemodiálisis, encabezada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ha reducido en más de cinco veces la tasa de mortalidad por mal renal crónico, y podría extender por varios años más la esperanza de vida de esos pacientes, además de mejorar su calidad de vida.
Joaquín Azpiroz Leehan, director de la clínica, señaló que esa enfermedad es un grave problema mundial de salud pública. En México se estima que más de 8 millones de personas sufren insuficiencia renal; 200 mil necesitan un trasplante y sólo cien mil reciben tratamientos de hemodiálisis.
En entrevista, el también investigador del Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica, de la UAM Iztapalapa, dijo que el método aplicado por la clínica –con el apoyo del Conacyt y de la Asociación Mexicana de Obesidad, Riñón y Nutrición– es integral: se incorporan ejercicios físicos, atención sicológica, nutricional y análisis clínicos que permiten el diseño de una terapia prácticamente personalizada del paciente.
Básicamente lo que cambia es la medición y seguimiento de varios parámetros fisiológicos de los pacientes, los cardiovasculares, los valores en sangre, y los valores medidos de la nutrición y de la composición corporal, esenciales para este tipo de pacientes. Hacer un seguimiento más completo del desempeño fisiológico nos permite tener una atención personalizada
, dijo el especialista.
Otro elemento esencial, explicó, es que la clínica no recurre a la reutilización de los filtros utilizados en la hemodiálisis –en otros centros lo hacen hasta en 10 o 12 ocasiones–, aun cuando la norma lo permite. No se hace por el peligro de infecciones, añade Azpiroz.
Pero también, agrega, se construye una gran base de datos de todos los pacientes atendidos en los casi dos años de fundada la clínica. Explica que el mal renal crónico está ligado a obesidad, diabetes e hipertensión.
Buscamos mejorar las expectativas de estos pacientes, no estamos inventando un riñón, sino que tengan una vida equivalente a la de un trasplante renal
, dijo.