19 de octubre de 2019•Número 145•Suplemento Informativo de La Jornada•Directora General: Carmen Lira Saade•Director Fundador: Carlos Payán Velver

De chile, mole y manteca


El Centro es reconocido por sus acciones en defensa del territorio frente a la industria extractiva.

Cesder, 35 años impulsando el desarrollo comunitario

Milton Gabriel Hernández García Doctor en Desarrollo Rural y profesor-investigador de tiempo completo del INAH

El Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (Cesder) es una organización no gubernamental fundada en 1982 en la comunidad indígena náhuatl de San Andrés Yahuitlalpan, municipio de Zautla, en la Sierra Norte de Puebla. El Cesder ha desarrollado a lo largo de 35 años, diversos proyectos educativos de secundaria, preparatoria, licenciatura y posgrado en la región. Ha generado una importante labor de impulso a procesos de desarrollo comunitario en los municipios de Zautla e Ixtacamaxtitlán, a proyectos de seguridad alimentaria, preservación del medio ambiente y sustentabilidad de los agroecosistemas, bancos comunitarios y cajas de ahorro, diseño y producción alfarera, microempresas y procesos de comercialización, salud comunitaria, empoderamiento de las mujeres, educación especial, derechos humanos y defensa del territorio. El Cesder es una institución ampliamente reconocida por el impulso a procesos de desarrollo comunitario sostenidos a partir de acciones colectivas, fomentadas y promovidas por organizaciones locales y por los diversos actores de las mismas comunidades (www.cesder-prodes.com).

Desde hace tres décadas sostiene una licenciatura en Planeación del Desarrollo Rural que actualmente cuenta con cuatro especialidades: a) agroecología y seguridad alimentaria; b) procesos alfareros, innovación tecnológica y derechos artesanos; c) economía social y gestión de emprendimientos cooperativos y d) comunicación comunitaria. En coordinación con la Universidad Campesina Indígena en Red (Ucired), cuenta también con cuatro maestrías: 1) Pedagogía del Sujeto y Práctica Educativa; 2) Practicas Narrativas en la Educación y el Trabajo Comunitario, 3) Agroecología Territorio y Soberanía Alimentaria y 4) Educación con Personas Jóvenes y Adultas.

Uno de los proyectos más interesantes del Cesder es el Centro de Estudios Alfareros (CEA), que realiza un importante trabajo en las comunidades alfareras de la región. Este centro se encuentra en la comunidad de San Miguel Tenextatiloyan e inició su trabajo en febrero de 2005. Desde este espacio se desarrollan acciones de animación a procesos de reconversión tecnológica de los hornos alfareros para ahorrar combustible, capacitación para nuevos diseños y producción alfarera libre de plomo. De esta manera, su actividad está centrada en apoyar la actividad alfarera de la región, que es la base de la economía de muchas comunidades, trabajando en el fortalecimiento de capacidades y habilidades técnicas y políticas de la población. La reconversión tecnológica que promueve se basa en la investigación, experimentación y difusión de nuevos métodos para la elaboración de alfarería mediante procesos de formación y capacitación, con el fin de mejorar y hacer transitar la vida y la producción de los artesanos hacia la sustentabilidad. Para ello favorece la sustitución del plomo en la alfarería vidriada, la investigación y experimentación con barros locales y pastas, así como esmaltes comerciales de baja temperatura. También realiza estudios en hornos tradicionales para probar y comprobar posibilidades viables en el manejo de esmaltes sin plomo.

Otro importante logro del Cesder es la consolidación del campo agroecológico “La Cañada”, espacio en el cual se realizan tareas de experimentación e investigación agropecuaria, capacitación y formación de los jóvenes estudiantes de la institución, así como para campesinas y campesinos de la comunidad de Zautla y de otros municipios. Cuenta con una superficie de 27 hectáreas repartidas en tierras de uso agrícola, forestal y suelos de recuperación. Con un laboratorio para el análisis de suelos, insectos y plantas, un banco de semillas, un invernadero con sistema de riego, un vivero forestal, infraestructura para el manejo de agua, suelo y el control de la erosión a través de jagüeyes, barreras vivas, zanjas, curvas a nivel, desarenadores y filtros, además de chiqueros y un huerto de traspatio que integra una Unidad Biointensiva. Desde La Cañada, el Cesder realiza acciones locales para apoyar iniciativas de grupos organizados en las comunidades de la región relacionadas con los bienes naturales, la conservación de agua y suelo, así como la producción de hortalizas y de árboles frutales libres de agroquímicos. Por esta labor el Cesder fue reconocido con el premio al Mérito Ecológico 2018 por parte de la Semarnat, en la categoría comunitaria.

El Centro es ampliamente reconocido por sus acciones regionales en defensa del territorio frente a proyectos de la industria extractiva, como la minería a cielo abierto, el fracking y las hidroeléctricas. Frente a ello promueve el reconocimiento, la apropiación y la autogestión de los territorios por parte de los sujetos sociales que los habitan, desde una perspectiva de derechos humanos y en articulación con diferentes actores locales, regionales, nacionales e internacionales.

Por todo ello, en 2019 la Asociación Mexicana de Estudios Rurales A.C. (AMER) reconoció al Cesder con el premio a la Experiencia Consolidada de Desarrollo Rural Sustentable. Este galardón tiene por objetivo reconocer, incentivar y promover los aportes realizados por organizaciones sociales, así como iniciativas y proyectos comprometidos con la defensa del territorio, la generación de alternativas y soluciones enfocadas al desarrollo rural sustentable. Las líneas consideradas para otorgar el premio son: a) aprovechamiento racional de los recursos naturales, conservación y restauración del equilibrio ecológico y promoción del cuidado del ambiente en el ámbito rural; b) seguridad alimentaria y mejoramiento de la nutrición en la sociedad rural, así como el rescate y protección del germoplasma nativo de plantas alimenticias; c) mercados campesinos y mercados justos en los que se desarrolla una articulación real y directa entre productores y consumidores; d) generación o aplicación de tecnologías adecuadas o alternativas generadas por los propios grupos campesinos y/o indígenas; e) organización, defensa y gestión sustentable del territorio, con mecanismos de participación democrática e incluyente de los distintos actores; f) experiencia consolidada, que se refiere a aquellas organizaciones que por su trayectoria, institucionalización o experiencia han obtenido resultados destacados en distintos aspectos del desarrollo rural (http://amerac.org).

Otros factores considerados para otorgar el premio al Cesder son: que es una organización comprometida con el desarrollo rural sustentable, que ha obtenido resultados concretos en el mejoramiento de condiciones de vida y del ambiente, con importantes niveles de incidencia a niveles comunitario, municipal o regional. También se valoró que el Cesder hubiera incidido en el fortalecimiento de los vínculos sociales y en el mejoramiento de capacidades locales en la construcción de prácticas democráticas, autogestivas, de rendición de cuentas, de autoevaluación, así como en la vinculación y sinergia con diversos actores sociales. El jurado estuvo integrado por reconocidos especialistas con experiencia de trabajo con organizaciones y proyectos de desarrollo rural sustentable.

Quienes conocemos su trabajo, hemos participado en alguno de sus proyectos, sus luchas o hemos pasado por sus aulas, deseamos una larga vida al Cesder y todos sus emprendimientos para la construcción de una vida digna para los pueblos indígenas y campesinos del México profundo. •

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