La brecha entre el salario mínimo general y el de profesionales se ha reducido de manera importante. En los años 60, la diferencia era de poco menos de 30 por ciento y aunque logró alcanzar un promedio del 44 por ciento, actualmente es de 16 por ciento, según el titular de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), Andrés Peñaloza Méndez.

Señaló que desde hace 11 años no se actualiza el sistema de salarios mínimos profesionales y un lustro desde que se excluyó la enfermería.

Ya pasó mucho tiempo y obviamente toda la innovación tecnológica, la restructuración industrial y productiva ha generado nue-vas ocupaciones que no están incluidas en la lista, y otras han perdido sentido, es decir, son escasas las personas que se dedican a ciertos oficios o profesiones, particularmente, sostuvo en entrevista.

Recordó que en 1966 por primera vez la Conasami y las comisiones regionales dieron a conocer el primer listado en la materia. Esto se hacía cada dos años, hasta 1978. En ese periodo se presentaron alrededor de 95 ocupaciones. En la actualidad son 59, de las cuales 52 son por oficios, cinco son trabajos especiales y dos profesionales.

Segmento castigado

La recomendación que estamos haciendo es incluir los mínimos profesionales a la política de recuperación salarial, señaló Peñaloza Méndez. Explicó que a partir del 2017, cuando se aplicó el Monto Independiente de Recuperación (MIR) el segmento más castigado es el de quienes perciben hasta un salario mínimo.

El dispositivo, dijo, ha ayudado a evitar lo que especialistas llaman el efecto faro o distorsiones en la estructura salarial. Sin embargo, fueron excluidos y ahí obedece que se acortó esta brecha entre los generales.

Ha habido una pérdida de alrededor de 18.43 pesos que han dejado de percibir vía el MIR. De manera obligada el año pasado se tuvo que incluir a los profesionales en la zona libre de la frontera norte, mencionó.

Peñaloza Méndez indicó que se ha propuesto incluir a las trabajadoras del hogar en la lista de salarios mínimos profesionales –actualmente el Consejo de Representantes de la Conasami (instancia tripartita) analiza el incremento de salario de este sector– y también jornale-ros agrícolas.

De igual manera, reconoció que no sólo hay presiones de los gobiernos de Canadá y Estados Unidos –ante la firma del tratado de libre comercio TMEC– para que se incremente el salario mínimo general, sino también de sindicatos y empresas de esos países, por lo que afirmó: hay un compromiso para hacerlo.

Lo que queda claro y el mensaje de los sectores productivos y sociales en particular es que no tendrá futuro la economía, no sólo mexicana sino global, si no se recuperan los salarios mínimos, concluyó.