Opinión
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Ruta sonora

Gracias Totales: la burla

¿P

or qué? No sabemos. Sucede. Una nueva última vez. Gustavo es una ausencia presente. Él decía que por más que lo intentemos, nunca dejaremos de ser Soda. Y así parece ser. Lo somos, ustedes y nosotros. No somos el uno sin el otro. No somos Soda sin él. Podemos evocarlo. Sin ayer, sin mañana. Ahora. Yendo más allá. Convirtiendo en posible lo imposible ( ). ¿Y si existe un lugar en el que estemos de nuevo todos juntos? Tenemos un imperioso deseo. Y creemos que la mejor manera de cumplirlo es pensando en los demás, olvidando lo que piensan los demás ( ). Queremos celebrar estas canciones. Vibrarlas juntos. Con este galimatías, el baterista Charly Alberti y el bajista Zeta Bosio, otrora integrantes del legendario e influyente trío argentino Soda Stereo (1982-1997), se manifestaron a través de su cuenta oficial de Twitter el 3 de octubre (https://bit.ly/2omON2W), justificando la noticia que recién daban: Soda Stereo vuelve en 2020 con la mini gira Gracias Totales, junto a artistas internacionales invitados: Colombia (febrero 29), Chile (marzo 7), México (marzo 12) y Argentina (marzo 21).

El anuncio causó polémica, tanto a favor por los que verán un pedazo de lo que llegó a ser Soda, como en contra, al verle como un desatino. Quienes están de acuerdo argumentan que Charly y Zeta tienen derecho, pues compartieron historia con el finado cabecilla del trío, el genial Gustavo Cerati. Pero quienes lo vemos como un acto de mal gusto, una falta de respeto, tenemos las siguientes razones.

Si bien en México por ejemplo, se hizo algo similar con Santa Sabina, con varios actos en vivo para recordar a la también fallecida cantante Rita Guerrero, su discurso y cómo lo llevaron a cabo fue muy distinto y más digno. Con Santa, varios de los integrantes son autores: aunque Rita era voz líder, éste era un proyecto composicional colectivo; no se colgaron de la obra de alguien ausente en aras de enriquecerse. Al reunirse todos los músicos que alguna vez formaron parte del grupo, si bien al final hubo voces invitadas, no fue invocado como un regreso sino como un homenaje. En cambio, con Gracias Totales, hay varios problemas. De entrada, el texto justificador es una sarta de contradicciones de retórica hueca que pretende ser profunda: admiten que sin Gustavo no pueden ser Soda, pero a la vez dicen que pueden invocarlo sin ayer ni mañana sino ahora, yendo más allá a un lugar donde estén de nuevo juntos. ¿O sea? ¿Irán a usar la voz de Cerati, como hizo Santa? No lo han dicho, pero cabe la posibilidad. Aun así, la autoría de los temas es prácticamente toda de Gustavo: se cuelgan de una obra a la que sólo agregaban sonidos extra. Por ende, el anuncio miente, pues no vuelve Soda Stereo (imposible); sería más certero: homenaje a Cerati o a Soda, digamos.

Ahora, entre los invitados, sólo uno tuvo que ver con la vida musical de Cerati: el guitarrista, cantautor y productor argentino Richard Coleman, quien estuvo a su lado desde el proyecto Fricción en los años 80, además de haber acompañado a Cerati en toda su etapa solista como músico de soporte y amigo entrañable (amén de ser un guitarrista muy respetado en su país). De ahí en más, salvo la comprensible inclusión de su hijo Benito Cerati, la mayoría aunque respetables, son sólo llamados por ser notorios, aunque no tengan que ver con la historia de Soda: Chris Martin (Coldplay), Juanes, Rubén Albarrán (Café Tacvba), Adrián Dárgelos (Babasónicos), Andrea Echeverri (Aterciopelados), León Larregui (Zoé), Mon Laferte, Gustavo Santaolalla, entre otros. Quizá habría tenido más sentido que figuraran músicos clave en su carrera como Daniel Melero, Tweety González, Flavio Etcheto, Leandro Fresco, Fernando Nalé, Leo García o Fernando Samalea. Pero no venden, claro.

Finalmente, usar una frase entrañablemente clásica y personal de Cerati como Gracias totales, es despojarla de su mística popular, para convertirla en un meme, una marca, casi una burla. Por más que digan que sus intenciones son amorosas, por todos lados sólo se asoma el mero interés económico. Quienes conocen con lupa la trayectoria de Gustavo, tendrán claro que odiaba echar mano de la nostalgia, que en sus conciertos como solista tocaba muy poco de Soda, que actualizaba su música para no sonar al pasado; que si armó un regreso (gira Me verás volver, 2007) es porque lo haría una única vez.

Tristemente, lo que pretende llevarse a cabo luce más como un circo, un extremo explotador a una memoria que no dejan descansar en paz. Ya lo decía Cerati en su canción Adiós: poder decir adiós es crecer. Hay que saber poner un alto a tiempo, con decoro y dignidad. Con todo, si usted está interesado, boletos acá: https://sodastereo.com/tickets/. (Eventos: www.patipenaloza.blogspot.mx).

Twitter: patipenaloza