Bagdad. Al menos 93 personas murieron y casi 4 mil resultaron heridas durante los cinco días de protestas antigubernamentales en Bagdad y otras provincias del sur de Irak, además, unos 567 manifestantes fueron detenidos, informó ayer la Alta Comisión de los Derechos Humanos en ese país.

La mayoría de los fallecidos son civiles, aunque también se tiene constancia de seis agentes de policía muertos desde el estallido de las protestas el pasado martes, informó uno de los responsables de la organización semioficial, Alí al Bayati.

Este nuevo balance, que aumenta significativamente las estimaciones anteriores, las cuales calculaban 70 muertos, se dio a conocer horas después de que el primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, levantó el toque de queda sobre Bagdad, impuesto el jueves como respuesta a las protestas contra el gobierno por la crítica situación económica, el paro y la corrupción.

Luego del levantamiento del toque de queda a las cinco de la mañana, los negocios y el tráfico se reanudaron en la mayor parte de la capital. Pero para la tarde, decenas de manifestantes comenzaron a congregarse en las calles alrededor de la céntrica Plaza Tahrir, que seguía cerrada al tráfico vehicular, mientras vehículos blindados y soldados sellaban los accesos.

Miles de manifestantes salieron también a las calles en las ciudades sureñas de Nasiriyah y Diwaniyah, desafiando el toque de queda que ahí sigue vigente, de acuerdo con funcionarios y miembros de la comisión de derechos humanos.

Fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes en el quinto día de protestas en Bagdad, Nasiriyah y Diwaniyah, donde mataron al menos a 14 personas e hirieron a 39, informaron las autoridades.

En representación de los manifestantes, un grupo llevó a cabo un encuentro con el presidente del parlamento, Mohamed al Halbousi, a quien expusieron sus reivindicaciones, mientras el primer ministro, Adel Abdul Mahdi, se reunió con los titulares de Interior y Defensa para evaluar la situación.

Hombres armados desconocidos atacaron las oficinas de varias estaciones de televisión en Bagdad, informó la agencia Ap. El canal de noticias Al-Arabiya, de propiedad saudita, reportó que un grupo de enmascarados irrumpieron en las oficinas de la estación, atacaron a algunos empleados y destrozaron equipos antes de huir de la escena.

Las oficinas de los canales de noticias Dajla y NRT reportaron ataques similares, señalaron los empleados de las estaciones.

Esta crisis representa el mayor reto al que se ha enfrentado el primer ministro, que accedió al poder el año pasado con el apoyo de los partidos chiítas que gobiernan Irak desde el derrocamiento de Saddam Hussein, luego de la invasión de Estados Unidos en 2003.