Después del escándalo en la Academia Sueca que derivó en la interrupción de la entrega del Premio Nobel de Literatura, el próximo jueves se difundirán los nombres de los ganadores de las ediciones 2018 y 2019.

Tres mujeres encabezan las previsiones: la poeta canadiense Anne Carson, la narradora guadalupeña Maryse Condé y la novelista china Can Xue.

En los sitios web de apuestas Unibet (Suecia) y Nicer Odds (Reino Unido) las tres escritoras lideran los momios, seguidas por el constante candidato Haruki Murakami. Luego, la rusa Lyudmila Ulitskaya y los asiduos Ngugi Wa Thiong’o (Kenia) y Margaret Atwood (Canadá).

Completan los 10 primeros lugares la estadunidense Marilynne Robinson, la polaca Olga Tokarczuk y el húngaro Péter Nádas.

Dudas sobre la recuperación de la Academia Sueca

En una encuesta elaborada por el periódico sueco Västerviks-Tidningen consigna dudas sobre la recuperación de la Academia Sueca y del Nobel de Literatura. El crítico Bernhard Ellefsen cree que la Fundación Nobel debería haberle quitado a esa institución colegiada la atribución de otorgar el galardón.

‘‘Espero intensamente que elijan un escritor que sea lo suficientemente fuerte como para decir ‘No, gracias’. Pero me temo que el conocimiento en el exterior no es suficiente para saber cuán extenso ha sido el escándalo.”

Según el medio, Anne-Françoise Hivert cree que ‘‘los franceses saben que el movimiento #MeToo fue el origen, lo que también dará color a las discusiones sobre la selección de ganadores de este año. Me sorprendería mucho si no hubiera una mujer entre los ganadores del premio. Dos mujeres serían una posición difícil de ignorar”.

De ser el caso, ‘‘uno siempre se preguntará si se le dio a esta mujer o mujeres por su trabajo literario, o si fueron elegidas por el deseo de la Academia de tomar una posición y restablecer la reputación del premio”.

El francés Olivier Truc, autor del libro L’affair Nobel (El caso Nobel) dijo a la radiodifusora Sveriges que ‘‘la confianza en la Academia depende mucho de quién reciba el premio este año” y que ‘‘quizás deberían darle a los dos ganadores un paquete de crisis para prepararlos para responder preguntas incómodas sobre asuntos anteriores de #MeToo en la Academia”.

El diario sueco Dagens Nyheter desató la polémica a finales de 2017, cuando publicó una serie de acusaciones de abuso sexual contra el fotógrafo y dramaturgo Jean-Claude Arnault, casado con la entonces académica Katarina Frostenson, además de presuntas filtraciones del nombre del galardonado del entonces máximo reconocimiento a las letras mundiales.

En 2008, Arnault se jactaba de estar involucrado en la designación del Nobel a su coterráneo Jean-Marie Gustave Le Clézio, lo cual hizo que la casa de apuestas británica Ladbrokes cerrara antes del fallo sus pronósticos porque el autor francés pasó del sitio 15 al primero y segundo después de los dichos de Arnault.

Sara Danius, ‘‘reina de la literatura sueca’’

La filóloga Sara Danius era la secretaria permanente de la Academia Sueca, la primera mujer en ese cargo, cuando se difundieron las versiones. Encabezó el colegiado cuando éste sorprendió al mundo de la literatura al entregar el reconocimiento a autores inusuales, como la periodista rusa Svetlana Alexievich (2015), el artista Bob Dylan (2016) y en 2017 a Kazuo Ishiguro, el británico de origen japones que antes de consagrarse en la escritura ‘‘quería ser como Bob Dylan y Leonard Cohen”.

Cuando se hizo público el reportaje de DN, Danius encargó una investigación a un bufete particular. Tras los resultados y diversas discusiones internas, renunciaron varios integrantes de la Academia Sueca, incluida la especialista conocida como ‘‘la reina de la literatura sueca”.

En abril de 2018 había 11 académicos en activo, de 18 plazas. Incapaz de organizar la entrega, la Academia Sueca anunció que detendría en 2018 el anunció. Una organización alternativa gestionó el Premio de Literatura de la Nueva Academia que le fue adjudicado a la guadalupeña Maryse Condé. El mermado colegiado tuvo que avanzar cuesta arriba para reconstituirse y apostar por ganar la confianza de la sociedad sueca, la Fundación Nobel y la Casa Real de ese país. En marzo pasado, la ex secretaria permanente Sara Danius consideró que la reposición es un error.

‘‘Por respeto a las mujeres que se convirtieron en víctimas del hombre en el centro del escándalo, se debería haber decidido no otorgar un premio para 2018. Entonces habrías recordado que algo realmente sucedió. Como un salto en el disco”.