Si no se toman acciones contundentes ante el cambio climático, para mediados de siglo, 84 por ciento de las 25 pesquerías más importantes del país, tanto industriales como ribereñas, experimentarán importantes disminuciones de biomasa y de volumen capturado, advierte un estudio realizado por investigadores mexicanos, del Environmental Defense Fund (EDF) de México y de la Universidad de California, Santa Bárbara, publicado ayer en la revista científica PLOS ONE.

Los expertos indican que la gestión inadecuada e ineficaz de la pesca, sumado a los efectos provocados por el cambio climático, amenazan no sólo el papel emergente de México como exportador mundial de productos pesqueros, sino también a las aproximadamente 240 mil personas que dependen de estos recursos para su subsistencia. Según la Carta Nacional Pesquera para 2018 en México, 14.3 por ciento de las especies aprovechadas está sobreexplotada; 80 por ciento es explotada a su punto máximo y sólo 5.7 por ciento tiene potencial de expansión.

En 2016, México ocupó el lugar 16 en la producción mundial de captura marina con desembarques de 1.31 millones de toneladas métricas.

De retrasar la toma de medidas de manejo sustentable y adaptativas, están en riesgo 350 mil empleos directos y la provisión de 1.7 millones de toneladas de alimento dealta calidad. Ante esto, además de respuestas rápidas y efectivas, también se requiere legislar para tener mejores herramientas que permitan preservar las pesquerías.

El análisis también refiere que es posible incrementar la cantidad de peces en el agua y asegurar los ingresos de los trabajadores del sector, incluso pese al cambio climático, siempre y cuando las políticas nacionales en el ramo y de conservación ecológica impulsen a corto plazo prácticas de manejo sustentables y responsivas. Las pesquerías manejadas con un enfoque de sustentabilidad tienen el potencial de generar mejores resultados en términos económicos y de conservación marina, a la vez que serán más resilientes ante los efectos del cambio climático, indicó Laura Rodríguez Harker, vicepresidenta asociada del Programa de Océanos de EDF para América Latina y coautora del artículo. Para poder enfrentar los desafíos del cambio climático y ofrecer solucionesque beneficien a las comunida-des costeras, es necesario desarrollar políticas públicas que apoyen el bienestar social de las comunidades costeras que dependen de los océanos. No podemos esperar hasta que nuestras pesquerías sean gravemente afectadas, debemos empezar ya, urgió.

Miguel Ángel Cisneros Mata, investigador del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca) y también coautor, explicó que estas conclusiones se alcanzaron luego de analizar qué pasará con la productividad, el potencial de captura y las ganancias de las 25 pesquerías más importantes del país, utilizando un modelo bioeconómico que considera escenarios de afectaciones al océano por el cambio climático (incluyendo incremento de temperatura, acidificación y cambios en el nivel del mar, entre otros), la gobernanza para hacer frente a estos efectos y el emprendimiento o la falta de acciones de política pública para impulsar un manejo pesquero que evite la sobrexplotación y promueva la mitigación y la adaptación.

El especialista sostuvo que las investigaciones pesqueras y acuícolas deben tomar muy en serio el cambio climático en sus diferentes escalas, así como trabajar en un programa dirigido a evaluar los impactos presentes y medidas de adaptación en las pesquerías.

Lo anterior significa que se tiene que invertir en investigación, innovación y transferencias tecnológicas y de conocimientos. Es necesaria una política transversal donde la seguridad alimentaria y la integridad de los pescadores estén en el centro.

Rodríguez Harker destacó que una de las mejores estrategias para proteger a los océanos y a quienes dependen de ellos, es promoviendo la pesca sustentable (...) En EDF queremos colaborar con el gobierno mexicano en la promoción de acciones que aminoren los impactos del cambio climático.