Pekín. China comenzó ayer con las colosales celebraciones por su 70 aniversario, opacadas por disturbios que dejaron un herido grave y más de cien detenidos en Hong Kong.

Cerca de 100 mil militares y civiles desfilaron en Pekín a bordo de tanques, misiles y aviones de combate, ante la mirada del presidente chino, Xi Jinping, y de otros dirigentes del Partido Comunista que contemplaron todo desde una tribuna en la puerta de Tiananmen, el lugar en el que Mao Tse-Tung proclamó la fundación de la República Popular China el primero de octubre de 1949.

Nada puede hacer que los pilares de nuestra gran nación se tambaleen. Nada puede impedir que la nación y el pueblo chinos avancen, declaró Xi.

El Ejército Popular de Liberación mostró nuevas armas, entre ellas el DF-41, un misil balístico intercontinental con capacidad nuclear y un rango suficiente como para alcanzar cualquier punto, y el misil DF-17, un lanzador de planeadores hipersónicos.

Varios helicópteros volaron sobre la ciudad formando el número 70. También hizo su primera aparición un dron supersónico.

Por la noche tuvo lugar un gran espectáculo artístico en la plaza de Tiananmen, y los fuegos artificiales iluminaron el centro de la ciudad.

En Hong Kong, decenas de miles de personas salieron a la calle para denunciar lo que consideran el retroceso de sus libertades y de la violación del principio de un país, dos sistemas, en vigor desde la retrocesión de la ex colonia británica en 1997. Pero las protestas degeneraron en los peores disturbios desde el inicio de la movilización.

Un agente disparó contra un joven de 18 años que resultó herido en el pecho, después de que él y su unidad fueron atacados durante los enfrentamientos en la ciudad, mostró un video que circula en redes sociales. Tras ser atendido en el lugar, fue conducido a un hospital.

La policía usó gas lacrimógeno para dispersar a cientos de manifestantes en distintas zonas mientras los asistentes les lanzaron bombas incendiarias y ladrillos. Las autoridades reportaron 130 arrestos.