Domingo 29 de septiembre de 2019, p. a31
El Clásico fue un triunfo sangriento para América. Goleó a 4-1 a Chivas, pero perdió a Giovani dos Santos por una herida profunda en la pierna. El Rebaño sufrió dos expulsiones y dejó claros signos del drama de un equipo cuya caída no tiene fin.
Siempre han insistido en que un clásico es una realidad aparte en el torneo. América cumplía seis partidos sin ganar en la liga. Chivas estrenaba a Luis Fernando Tena en el banquillo. Este Clásico entonces era la oportunidad invaluable para enderezar el camino.
Chivas no parecía resuelto. Llegó al estadio Azteca en versión timorata, sin decoro para ir a buscar el área rival y más atenta a defender su territorio. América trataba de sacar provecho de esa concesión.
El duelo de rivalidades estaba en su nivel más tenso. A pesar de las advertencias de sanciones, de la necesidad de modificar la escala de valores sobre la discriminación, las gradas siguieron retumbando con el soez y homofóbico grito de puto
en algunos despejes, tan sonoros que ni el sonido local logra-ba cubrirlos.
Un contragolpe, serie de toques rápidos y ambiciosos localizaron la posición privilegiada de Sebastián Córdova, quien al minuto 17 quedó solo ante un defensa temeroso que prefirió lanzarse antes que apretar la marca, el americanista se lo sacudió y disparó cruzado para anotar el primero de Las Águilas.
Chivas no parecía reaccionar. Alguna impotencia debió calar la autoestima de los rojiblancos, al menos para Antonio Briseño, quien se barrió con los tacones por delante sobre la pierna derecha de Dos Santos. El americanista quedó tendido con una herida salvaje que requirió sacarlo en ambulancia del estadio al hospital. El rojiblanco fue expulsado, mientras los americanistas reclamaban furiosos.
Después de lo que sufrió Dos Santos, el segundo tanto llegó en el tiempo agregado al final de la primera parte. Otra vez Córdova estaba en un sitio preciso, donde recibió la pelota y sin pensarlo dos veces la prendió en el aire para meter el segundo del conjunto de Coapa y de su cuenta personal en el partido.
Regresar al segundo tiempo requirió de convicción en ambos equipos. Y la reacción más vigorosa fue para Chivas, gracias a que Alan Pulido recibió solo adentro del área para fusilar a Memo Ochoa, quien no ha logrado terminar un partido sin goles. El rojiblanco puso el 2-1 al 49.
Para atizar los sentimientos: dos revisiones consecutivas al VAR por supuestos penales para América. La primera vista del árbitro Fernando Guerrero descartó la falta; la segunda, un dudoso hombro, lo sancionó con polémico penal y luego reclamos, Alan Cervantes dijo algo que le costó una tarjeta roja.
El penal lo cobró Emanuel Aguilera con un disparo certero que parecía definir el clásico. El golpe definitivo llegó con una tijera de Henry Martín para el 4-1. América por fin ganó y con goleada para ubicarse entre los tres mejores de la tabla con 21 puntos. Chivas sigue hundido sólo con 11 unidades.