La actualización del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) para refrescos y cigarros que el gobierno federal plantea para 2020 afectará las ventas del pequeño comercio, advirtió Cuauhtémoc Rivera, dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).

Refrescos y cigarros representan hasta 25 por ciento –una cuarta parte– de las ventas totales de misceláneas y tiendas de abarrotes. Además, son los principales productos ancla o gancho del sector, pues sirven para que los consumidores compren otras mercancías, explicó. Los refrescos aportan 15 por ciento de las ventas totales de pequeños negocios y los cigarros otro 10 por ciento, dijo Rivera.

En la iniciativa de la Ley de Ingresos 2020, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) pretende actualizar las tasas vigentes del IEPS para ambos productos. En el caso de las bebidas azucaradas, que incluyen los refrescos, pasaría de la actual de 1.17 pesos por litro a 1.270; el ajuste a los cigarros será de 0.35 a 0.49 pesos, se detalla en la llamada miscelánea fiscal.

El dirigente de la Anpec sostuvo que aunque el gobierno federal asegure que se trata de una actualización del IEPS, en realidad es un aumento a dicho impuesto.

Criticó, como lo ha hecho en otras ocasiones, que las autoridades federales insistan en hablar de desaceleración, en lugar de recesión y estancamiento, al considerar que utilizan un juego de palabras o sinónimos para disfrazar la realidad económica actual.

El Ejecutivo hizo un compromiso público de no crear impuestos, ni elevar los existentes. Sin embargo, no honró su compromiso al subir el IEPS a cigarrillos y refrescos, con alta demanda popular que garantizan una jugosa recaudación fiscal adicional y que terminarán pagando los consumidores, aseveró.

Consideró que el ajuste en los precios, por motivos de salud pública, no es claro, no se sabe dónde se aplica la recaudación al respecto; los mexicanos respingarán al principio, pero terminarán pagando el alza, como ya ha ocurrido.

Sin embargo, Rivera remarcó que al tener que desembolsar más dinero resultará afectado el resto del consumo. La población adquirirá productos genéricos, a granel, de contrabando y en la economía informal, por lo que la recaudación fiscal también resultará mermada.