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Múltiples actos culturales por 68 años de la Galería José María Velasco
 
Periódico La Jornada
Jueves 12 de septiembre de 2019, p. 6

La Galería José María Velasco, ubicada en lo que se conoce como ‘‘el barrio bravo”, celebra este año su aniversario 68 con múltiples actividades en ese recinto, como la exposición Tepito existe ¡porque resiste! y el Diplomado de Albures Finos.

La exhibición de Francisco Mata Rosas que será inaugurada el sábado, y concluirá el 3 de noviembre, reúne 150 imágenes que retratan esa zona de la capital del país como una trinchera de resistencia ante la homogeneización del pensamiento.

El Diplomado de Albures Finos será impartido por el cronista de Tepito, Alfonso Hernández; el licenciado alburólogo Rusbel Navarro y la sicóloga Sofía Rodríguez; es gratuito y avalado por la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de las Bellas Artes y Literatura. Comenzará el viernes 20 de septiembre.

‘‘En el diplomado hay mujeres; ellas aprenden el juego del lenguaje, además estudian la picardía mexicana en la que el albur es la base para desarrollar la inteligencia y con ello se percatan de que entre más complejos menos reflejos se tienen para entender y contestar un albur”, explica a La Jornada Alfonso Hernández Hernández (CDMX, 1945), integrante del Centro de Estudios Tepiteños.

La mayoría de las personas consideran al albur de mal gusto, ofensivo y misógino; se juzga mal a los que lo practican y para revertir esas ideas integrantes se imparte ese diplomado.

‘‘El albur tiene la connotación de que es entre machines, que no es propio de mujeres; es innegable la relación de sometimiento entre dos hombres, querer utilizar al otro con disfraz de mujer.”

En el diplomado se instruye que el albur posee un código con carga simbólica sexual subordinado a la intención del interlocutor y subyace en todo lo que tenga que ver con las relaciones sexuales, como testículos, vagina, pene y senos.

‘‘Nos damos cuenta de que la mayoría de las personas utilizan sólo cuatro verbos: meter, sacar, chingar y mamar. Se limitan a esas palabras y no se diga a la mayoría de las expresiones de los chilangos. Nos han condicionado a no utilizar la sexualidad que está inmersa en nuestro lenguaje.

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▲ Una de las 150 fotografías de Francisco Mata reunidas en la muestra Tepito existe ¡porque resiste!, que mañana se abre en la Galería José María Velasco.Foto cortesía del recinto

Dialéctica del albur y fenomenología del relajo

‘‘Con el albur –añade Alfonso Hernández– se aprenden todas las posibilidades de la gramática, de las figuras retóricas que utiliza; se amplía el vocabulario, porque justamente te pones el reto de aprender más y desarrollar más el intelecto”, añade el historiador.”

Para el ‘‘hojalatero social”, la dialéctica del albur y su fenomenología del relajo semejan una batalla que se libra con ingenio contra la ingenuidad sometida.

‘‘Es un reto entre ser ingenuo y tener ingenio; lo ingenuo se limita o está condicionado por el sistema, por la educación; el ingenio se adquiere cuando conocemos más de la relación entre nuestro lenguaje y el albur.

‘‘Todo depende del entorno, si es uno social como la familia o el círculo de amigos, el albur lo veo como un ajedrez; si ya es un poco más agresivo, se convierte en karate”, define.

El presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de la Ciudad de México considera que el albur es un juego al alcance de todos, pues al experimentarlo se tiene el poder de la ironía y precisión, donde las nociones y las palabras son las protagonistas.

‘‘Decimos que alburear es aprender a conjugar las etimologías griegas, con las raíces latinas en la gramática leperusca; te vas a la esencia de las palabras y juegas con ellas.

‘‘La contribución que tiene el albur es desarrollar la inteligencia emocional, mejorar la neurolingüística, hacer trabajar los dos hemisferios del cerebro.

‘‘La finura del albur consiste en no decir groserías, utilizar más figuras retóricas sin que se vuelva agresivo, sino que sea recreativo, en el que prevalezca el ingenio sobre el ingenuo”, concluye.

La exposición Tepito existe ¡porque resiste! y el Diplomado de Albures Finos se alojan en la Galería José María Velasco (Peralvillo 55, colonia Morelos).