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Mujeres de AL y el Caribe ganan 17 por ciento menos que varones
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de septiembre de 2019, p. 15

Por hora trabajada, las mujeres de América Latina y el Caribe reciben en promedio ingresos laborales 17 por ciento inferiores a los de los hombres de misma edad, educación, presencia de niños en hogares, condición de ruralidad y tipo de ocupación, de acuerdo con un documento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Persisten las brechas de género y la evidencia de que la igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo está demorando más de lo esperado. Por ello, es necesario que los países de la región adopten medidas transformadoras para abordar tanto los desafíos de políticas de empleo como aquellos factores no observables, entre los que se encuentran los estereotipos, el comportamiento y las normas sociales, planteó la OIT en el informe Mujeres en el mundo del trabajo. Retos pendientes hacia una efectiva equidad en América Latina y el Caribe.

La región ha registrado un aumento en la participación de las mujeres en los mercados de trabajo. A mediados del siglo pasado una de cada cinco formaba parte de los mercados laborales, pero hoy lo hace una de cada dos. Al mismo tiempo, ha habido notables progresos en su incorporación a la educación.

Sin embargo, el camino hacia la igualdad de género en el trabajo aún es largo. Los indicadores salariales de formalidad, segregación ocupacional y balance trabajo-familia dan cuenta de ello.

La brecha de ingresos laborales de 17 por ciento por hora trabajada aún es elevada, pese a que ha experimentado una caída de entre dos y tres puntos porcentuales durante el quinquenio 2012-2017.

Factores importantes

Dos variables resultan fundamentales para explicar esa situación: la educación y el tiempo semanal que las personas dedican al trabajo, apunta el informe.

Destaca que las brechas resultan más pronunciadas en la categoría de trabajo por cuenta propia y en el segmento de menores ingresos. Esto es particularmente relevante en una región en la que el autoempleo alcanza a dos de cada cinco trabajadores.

Las brechas de ingresos laborales son más altas en los percentiles más bajos de ingresos. En la misma línea, el incumplimiento de los salarios mínimos afecta desproporcionadamente a las mujeres. Esto es especialmente prevalente en los empleos informales y, como ya se conoce, la incidencia de informalidad es alta en la región. Es decir, hay vínculos importantes en tres de los retos más grandes de la región: equidad de género, combate a la pobreza y a la informalidad, detalla el texto.

Plantea que la persistencia de las brechas salariales se produce a pesar de que las tendencias de largo plazo muestran evoluciones importantes. Por ejemplo, en el caso de la educación el número de mujeres con estudios superiores supera al de hombres. Entre los nacidos en 1990, 40 por ciento de mujeres que trabajan tienen enseñanza superior, frente a 25 por ciento de hombres, de acuerdo con el documento.

El informe de la OIT plantea la necesidad de renovar los instrumentos de políticas y pone énfasis en la necesidad de reconocer que una parte importante de las limitaciones del progreso de las mujeres reside en los hogares, en particular porque el reparto por género de las tareas domésticas aún es abrumadoramente desigual.

Las mujeres se encargan de 80 por ciento de las tareas del hogar, lo cual restringe su participación efectiva en el mundo del trabajo, dice el documento. Expone que mejorar el reparto de las labores domésticas es, probablemente, el cambio cultural más importante que se requiere para el avance en igualdad de oportunidades.

El informe que estamos presentando advierte que las diferencias de género constituyen una de las formas de desigualdad injustificables hoy día. Y es claramente un hecho que conspira contra la posibilidad de construir sociedades más prósperas, justas y cohesionadas, sostuvo Juan Hunt, director regional interino de la OIT para América Latina y el Caribe, al presentar el informe la semana pasada en Lima, Perú.