Desde hace más de una década diversos bancos extranjeros tienen México como parte central de sus operaciones. Varias entidades de crédito, como BBVA, Santander o Citi, cuentan aquí con filiales que aportan una porción relevante de sus ganancias. En contraste, son pocos los casos de bancos mexicanos que se han animado a salir a conquistar otros mercados.

Según especialistas, existen bancos del país que han demostrado que pueden competir con los extranjeros, sin embargo, no miran hacia otros mercados porque no tienen interés y prefieren crecer en México.

En tanto, las firmas foráneas ven en esta nación una oportunidad de obtener altas ganancias debido a la baja proporción de mexicanos que forman parte del sistema financiero formal, en comparación con otros países, y la alta rentabilidad.

Los ejemplos más claros de cómo México es clave para los bancos extranjeros son los de los españoles BBVA y Santander, el estadunidense Citibanamex, el inglés HSBC y el canadiense Scotiabank, que juntos, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, concentran 63 por ciento de los activos del sistema y 62 por ciento de las ganancias.

En contraste, las instituciones bancarias mexicanas que se han atrevido a salir a conquistar otros mercados sólo son Banco Azteca, Compartamos Banco y, recientemente, Inbursa.

Según Jorge Sánchez Tello, director de investigación aplicada de la Fundación de Estudios Financieros, Banorte, Banco Azteca e Inbursa son entidades mexicanas con los recursos suficientes para expandirse con fuerza en América Latina e incluso España; sin embargo, la situación global y su enfoque en México los hace ser prudentes.

El caso de mayor éxito

Banco Azteca es el caso de mayor éxito de una entidad mexicana en el extranjero, toda vez que desde 2005 repite su modelo en países latinoamericanos, como Guatemala, Honduras, Panamá y Perú, pero lejos de expandirse en años recientes se deshizo de sus operaciones en Brasil y El Salvador.

Desde finales de la década pasada Banorte buscó su expansión en Estados Unidos al adquirir el banco texano Inter National Bank; no obstante, en ese tiempo la entidad tuvo que ser saneada, mejorar sus procesos e incluso pagar una multa de casi medio millón de dólares en 2014.

Finalmente, en 2017, el banco mexicano desistió de su conquista estadunidense y la vendió en 256 millones de dólares.

Para José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, Banorte es el banco mexicano que podría dar batalla a cualquier institución en el extranjero, pero es algo que no está en su estrategia.

Compartamos Banco, por medio de su modelo de microfinanzas, es la otra institución financiera mexicana que se ha animado a dar el salto fuera del país, con operaciones en Perú y Guatemala.

No obstante, ambas filiales están lejos de igualar el negocio que tienen aquí, toda vez que, según su estado financiero, durante el primer semestre de 2019 sus filiales en Perú y Guatemala registraron utilidades de 248 y 33 millones de pesos, lejos de los mil 152 que obtuvo Banco Compartamos México.

Estamos lejos de ver que los bancos mexicanos salgan a conquistar otros mercados. No tienen interés de hacerlo porque aquí obtienen buenos rendimientos e ir a otra nación significa exponerse a mayor competencia, riesgo que no están dispuestos a tomar, puntualizó De la Cruz.