El secretario de Salud, Jorge Alcocer, se reunió ayer con un grupo de papás y sus hijos que viven con cáncer y son pacientes del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG). Les ofreció una sentidísima disculpa por haber dicho que no era urgente que los pacientes recibieran la quimioterapia. En varias ocasiones, el funcionario les dijo que lo sentía; que se expresó mal por emitir una explicación técnica, pero reconocía la lucha que dan todos los días en contra de la enfermedad.

Al término del encuentro al que asistieron ocho adultos y dos niños, y se prolongó durante casi tres horas, el señor Israel comentó que el secretario de Salud hizo un serio compromiso para resolver el desabasto de medicamentos. Aceptaron su disculpa y reconocieron en él una profunda sensibilidad, la de un médico que conoce el tema.

Los padres de familia comentaron con Alcocer las carencias de los servicios de salud en los estados donde viven, a causa de las cuales tienen que venir a la Ciudad de México para obtener la atención que sus hijos necesitan.

Recordaron que desde hace más de tres meses supieron del riesgo de desabasto del medicamento Metotrexate. Personal del Centro de Mezclas, donde les programan sus citas para quimioterapia, les alertaron y desde entonces empezaron a enviar oficios a diferentes oficinas, incluida la Presidencia de la República, para solicitar apoyo.

Pero ante la falta de respuesta, decidieron realizar la protesta el pasado lunes en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Los papás también mencionaron las deficiencias del Seguro Popular que, aunque cubre todos los tipos de cáncer para niños y adolescentes menores de 18 años, hay procedimientos o medicinas que deben pagar las familias. En su respuesta, el secretario resaltó que en este gobierno se tiene la meta de que la atención médica y las medicinas lleguen a los hospitales en todo el país.

Por su parte, el señor Israel Rivas, papá de Dana, refirió que el secretario Alcocer explicó que la carencia de Metotrexato se originó por una confusión entre la Secretaría de Salud (Ssa), la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y otras autoridades, pero que no se volvería a repetir.

Enterados de que el actual contrato entre el HIMFG y el proveedor del medicamento concluirá en diciembre, le preguntaron al titular de la Ssa sobre las medidas que se tomarán para evitar nuevas carencias. Fuimos claros. No buscamos culpables, queremos que los medicamentos estén en el anaquel para cuando lo necesiten los niños.

El padre de familia, convertido en activista, informó que a partir de esta movilización, crearán un mecanismo social de apoyo para otras familias. Podrían empezar con un manual para padres de niños oncológicos en el que cuenten sus experiencias, aconsejen sobre cómo tratar a los niños y cuáles preguntas plantear a los médicos.