Roma. El primer ministro saliente, Giuseppe Conte, aceptó ayer formar gobierno en Italia, con base en una mayoría inédita surgida de la coalición entre el Partido Demócrata (PD) y los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5E), con el objetivo de construir un país más inclusivo y de retorno al primer plano europeo.

El presidente del consejo dimisionario aceptó la tarea encargada por el presidente Sergio Mattarella con reservas, fórmula de rigor a la espera de la prestación de juramento del gobierno cuya composición debe ser validada por el jefe de Estado.

Justo después de encontrarse con Mattarella, Conte anunció que quería construir con el M5E, formación basada en el rechazo a los viejos partidos, y el PD, principal fuerza de centroizquierda, un nuevo humanismo en Italia.

Prometió una reactivación económica que debe recuperar un papel de primer plano en Europa, llamando a un país más justo, más competitivo, más solidario y más inclusivo”. Luego de su discurso, la bolsa de Milán subió 2 por ciento.

El presidente saliente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, celebró la nominación de Conte, al subrayar que Bruselas cuenta con la activa contribución de Italia al proyecto europeo.

Italia llevaba tres semanas hundida en una grave crisis económica, desde que el jefe de la Liga (extrema derecha) y ministro del Interior, Matteo Salvini, rompió su alianza de 14 meses con sus socios del M5E, con el argumento de que éstos le ponían demasiados impedimentos a sus proyectos de grandes infraestructuras y recortes de impuestos.

Salvini sorprendió a todos en pleno periodo estival al exigir la celebración de elecciones.

Según el sistema parlamentario italiano, una vez que el gobierno sea investido, Conte deberá obtener la confianza de las dos cámaras del Parlamento. Para agilizar el proceso, anunció que va a consultar inmediatamente a todos los grupos parlamentarios y las fuerzas políticas de la nueva mayoría, y presentará al presidente su lista de ministros en los próximos días.

Conte habló de recuperación económica, necesidad de inversiones en la región del Mezzogiorno, preocupación por los jóvenes que abandonan en masa esa zona, y de la importancia de un desarrollo compatible con el respeto al medio ambiente. En cambio, no pronunció ni una palabra sobre su futura política migratoria.

El miércoles por la noche, Salvini reconoció su derrota prometiendo volver a la batalla en virtud de sus resultados en las elecciones europeas de mayo, en las que obtuvo 34 por ciento de los votos. ¿Que debemos esperar seis meses o un año para ganar? No tenemos prisa, lanzó desafiante.