En una reunión con agricultores y ganaderos de Durango, Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) del gobierno federal, pidió destinar 35 de los 70 millones de pesos asignados al programa recurrente de infraestructura rural a la compra de semilla de avena para sembrar las hectáreas donde no se cultivó frijol por falta de agua.

Rogelio Soto, presidente de la Unión Ganadera Regional, dijo: Nos está pidiendo quitar recursos a un programa etiquetado. ¿Qué va a pasar con los productores a quienes ya les habían aprobado su proyecto de infraestructura y habían aportado su participación económica? Todo indica que la visita del funcionario fue sólo para turistear.

Dijo que ellos esperaban una erogación extraordinaria para atender el problema de la sequía y no que le quitaran a unos para darle a otros.

Francisco Ibarra, dirigente de la Confederación Nacional Campesina y diputado local, comentó que la visita del funcionario “demostró que no conoce la realidad de Durango.

Vino y porque le tocaron tres días de lluvias cree que ya no hay sequía y que el problema no es tan grave. Es lamentable que no trajera recursos para atacar la sequía que seguimos padeciendo, a pesar de que llueva una semana, porque lo que no se sembró o lo que se sembró en seco ya no dio frutos, comentó.

En Zacatecas, el Congreso local aprobó un punto de acuerdo para demandar a los gobiernos federal y estatal declarar lo antes posible emergencia por sequía en la mayoría de los 58 municipios del estado, que tiene en crisis al sector primario del estado.

Durante la exposición de motivos, el diputado priísta José María González Nava expuso que el periodo normal de lluvias para la siembra de temporal en Zacatecas empieza en la segunda quincena de junio y se cultivan con este sistema un millón 500 mil hectáreas en la entidad, pero este año las precipitaciones han sido escasas.

De acuerdo con información proporcionada por la Secretaría del Campo del gobierno del estado, en los municipios del centro y el norte, de vocación agrícola, solamente se ha sembrado 55 por ciento de la superficie tradicionalmente cultivada debido a la escasez de precipitaciones; 21 por ciento apenas se encuentra en condiciones mínimas de humedad para el proceso de siembra y el restante 24 por ciento no tiene condiciones propicias.

Ese 24 por ciento equivale a poco más de 270 mil hectáreas, que de llegar a tener lluvia en los próximos días ya no podrán sembrarse con maíz, frijol, trigo o cebada, dado que ya se rebasaron las fechas óptimas de siembra que garanticen que estos granos lleguen a cosecha.