Martes 20 de agosto de 2019, p. 31
Cuando hay casos de diabetes en una familia, los integrantes que no padecen esta enfermedad saben que tienen un riesgo hereditario y pueden tomar medidas de prevención. Pero cuando existen antecedentes de depresión y suicidio, las familias suelen ocultarlo. La primera es un padecimiento que tiene un componente ambiental, aunque los genes juegan un papel en su desarrollo.
En el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), el grupo de investigación de Humberto Nicolini ha encontrado un grupo de genes asociados a la depresión y al suicidio. En el futuro estos descubrimientos podrían ayudar al diagnóstico, la prevención y el tratamiento.
Como parte de un encuentro sobre depresión que se celebró en el Universum, Museo de las Ciencias, el especialista resaltó la importancia de tener en cuenta que estos dos padecimientos tienen un componente hereditario y las familias deberían poner atención a las señales de alerta para prevenirlos y diagnosticarlos a tiempo.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), una de cada cuatro personas sufrirá algún trastorno mental o neurológico en su vida, y se estima que en el mundo cerca de 450 millones habitantes presentan alguna de estas condiciones.
Sin embargo, debido a la falta de información, a los prejuicios, la discriminación y los estigmas, dos terceras partes de los afectados no reciben tratamiento.
Según información de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, el panorama resulta aún más complejo en países que, como México, han enfrentado no sólo desastres por causas naturales, sino problemas sociales como violencia generalizada, marginación, corrupción, pobreza, migraciones masivas y delincuencia, que influyen en el aumento de los trastornos mentales.
Costo de fármacos, impedimento
Otro factor que complica el diagnóstico y atención de estos padecimientos, con frecuencia asociados con historias cinematográficas de terror, es el costo de los tratamientos, ya que cuando se utilizan fármacos el costo puede ser de más de 12 mil pesos anuales y se vuelven inaccesibles para las personas con escasos recursos y sin seguridad social.
Estos trastornos forman un abanico que va desde episodios de estrés y ansiedad que afectan la calidad de vida hasta problemas como adicciones, esquizofrenia, bipolaridad o depresión severa que pueden ser discapacitantes o provocar la muerte de forma indirecta. Por eso es importante que las personas afectadas reciban atención profesional.
De acuerdo con un estudio realizado por el Inmegen, se han identificado 536 genes que se relacionan con el suicidio; además, se encontró que el consumo de alcohol aumenta 10 veces el riesgo suicida y las drogas 14 veces más.
En México se reportan aproximadamente 5 mil suicidios cada año. Los sectores de la población con mayor riesgo de cometer un suicidio son el grupo de 15 a 24 años de edad y mayores de 60 años.
Asimismo, de cada cinco individuos que intentan suicidarse uno lo consuma.