la forma que tenemos de entregarnos a lo que hacemos.Foto cortesía del músico
Martes 13 de agosto de 2019, p. 9
Jardines de la Fonoteca Nacional, álbum número 56 del baterista Tino Contreras (Chihuahua, 1924), será presentado el miércoles 14, a las 19 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Como su título indica, fue grabado en los estudios de la Fonoteca Nacional. El disco, señala el músico con 76 años de carrera y 66 dedicados al jazz, contiene 12 composiciones de su autoría y una de su hijo Valentino Contreras, “inspiradas con el alma a flor de piel, especialmente el tema principal: Jardines de la Fonoteca Nacional”.
Los números restantes son: Leandra (dedicado a su madre), Gloria Gloria, Nobleza chihuahuense, Jazz Valentino, Ciudad Juárez con alma y corazón, Sábado espectacular, Mi México, Peyote, Luna taxqueña, Papaztrato, El castillo y Hombre profundo. También fueron restaurados e incluidos en el cedé tres temas inéditos de Jazz Ballet (1963): El ritual de la cobra, Mahabharata y Danza de la cobra.
Al respecto, Tino escribe: “Es un regocijo para mi persona la edición especial del complemento a este disco, con tres pistas adicionales grabadas en vivo en 1963 y sin salir a la luz, masterizadas cuidadosamente en la Fonoteca Nacional, con el interés de fomentar y traer al oyente grabaciones inéditas.
“En estas grabaciones me inspiró el misticismo de la cultura de India, de la epopeya del Mahabharata, danzas y rituales de sensaciones desconocidas y exóticas, melodías profundas de escalas menores, las compuse para ser estrenadas en el Palacio de Bellas Artes, acompañado por extraordinarios músicos mexicanos ya fallecidos: Enrique Orozco al piano, Leo El Pollo Carrillo en el contrabajo, Adolfo Sahagún en la trompeta, Tomás Rodríguez en el saxofón tenor y la flauta, y un servidor Tino Contreras, en la batería y la dirección general.”
Melodías que se quedan
En la grabación de Jardines de la Fonoteca Nacional participó la banda de Tino, integrada por Jaime Reyes, piano, melódico y coros; Valentino Contreras, bajo eléctrico; Emmanuel Laboriel, guitarra eléctrica; Eduardo Flores, coros y bongó, y Dalhari Galindo, coros.
Para Jaime Reyes (Orizaba, 1972), los 13 años que tiene de ser pianista de Tino se resumen en este cedé. Aparte del aspecto musical, la amistad que llevamos, pese a la gran diferencia generacional, es una identificación mutua acerca del trabajo en la música. Nos une la forma que tenemos, diría, de entregarnos a lo que hacemos
.
Una de las característica de tocar con Tino Contreras es la improvisación constante que hacemos a los temas que nunca se tocan de la misma manera. Sus obras son muy bellas. Los del disco son melodías que se quedan en la mente de las personas que las escuchan
.
En entrevista, Reyes expresa que la música de Tino es muy directa: “Es un jazz mexicano para el público de México, porque tiene melodías que son fáciles de seguir, algo que a las personas del pueblo les gusta. Su música tiene melodías que rememoran todas las épo-cas que ha vivido. Para mí, lo relevante es compartir el sabor de un músico muy mexicano, con el la época de Tin Tan, Agustín Lara, Toña La Negra o Luis Arcaraz.
“Hay fotografías de marquesinas en las que Tino alternaba con Lobo y Melón en el bar 33, de la avenida Juárez. Tino Contreras representa toda una época de la música popular mexicana. Es como un botón de todo ese sabor.
Para mí es muy significativo el trabajo con él, porque es colaborar directamente con una figura en cuyas charlas e interpretación siempre se refleja la vida de la música popular en México.
El concierto del día 14 va a cerrar con un tema fuera del disco: 7-4 blues, de Tino, con arreglo de Jaime Reyes, en el que se fusiona el son jarocho con el jazz.